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Taro-bitácora: SE PREGUNTABA COMO DECIRLE A SU PAREJA, CAMPEÓN DE RUGBY, QUE COMO YA NO TENÍA BRAZOS NI PIERNAS, NO PODÍA SEGUIR AMÁNDOLO

Él había sido uno de los más populares, exitosos y deseados de los jóvenes dedicados a ese deporte, tan exclusivo como salvaje, de los pocos chicos que lo practicaban en su ciudad por tratarse de un tipo de competencia a la que resulta difícil acceder sin poseer una elevada capacidad financiera.

La muchacha hizo hasta lo imposible para que finalmente él se fijara en ella a pesar de que provenían de familias de muy distinta clase social, y de que tampoco la naturaleza la había provisto de detalles demasiado agraciados como para poder llamarle la atención, al menos desde un punto de vista físico.

Mucho menos podía sorprenderlo por su alto nivel intelectual ya que a duras penas había logrado terminar el Ciclo Básico de Secundaria.

O sea que las posibilidades eran pocas, pero todos los contactos sociales que consiguió ir moviendo, aquellas largas tardes alentándolo desde las gradas del estadio, y muchísimo tesón, finalmente le permitieron conquistarlo y terminar llevándolo al altar.

Para entonces ya imaginaba lo rubio y fornidos - y con aquellos deslumbrantes ojos azules, igualitos a los del padre - que saldrían los hijos de aquel espécimen varonil cruza con Tarzán.

Su felicidad era infinita.

Al fin de cuentas era la más fea la que se había quedado con el hombre que tanto había hecho temblar a la platea femenina que concurría a cada una de las ediciones del torneo en las que él participaba.

Fue muy poco tiempo después de eso que el flamante esposo, volviendo de un campeonato internacional, tuvo aquel terrible accidente del que salió atrozmente lastimado, con daños casi irreversibles, y en el que acabó perdiendo el brazo izquierdo y la pierna derecha, luego de varias cirugías, en las que no tuvieron más remedio que amputarle dichos miembros.

A partir de allí, la admiración que la esposa sentía por el decayó muchísimo, ya nada sería igual.

Por un lado se sentía culpable, y por eso llegó a mi consulta, pero por otro no estaba dispuesta a sacrificar el futuro que había proyectado a causa de la calamidad que le había tocado vivir al pobre hombre.

Para el Tarot su caso se trataba de una gran prueba que ella debería superar si era que realmente deseaba ser feliz.

Hacer lo moralmente correcto era lo único que podría posibilitárselo.

El arcano EL SOL presidía la tirada.

Las cartas auguraban la mejoría del deportista, y un futuro promisorio a pesar de todo. Ella no creía en la posibilidad.

Nunca estaría dispuesta a terminar como la mujer de un inválido.

El Tarot hizo varias veces hincapié en la portentosa capacidad de resurgimiento que el esposo podía llegar a manifestar, pero que necesitaba de todo su apoyo en este momento tan tremendo para él.

Fue entonces cuando yo lo conocí.

La mujer misma me lo presentó, una de las pocas veces en que he salido a hacer una lectura a domicilio.

Pretendía que le diera ánimos, que la ayudara a convencerlo de que era lo mejor para ambos, algo que, aunque no era mi intención, no me costó mucho ver en las cartas, con  EL SOL otra vez allí delante, entre otros arcanos.

Ella prefirió ni considerarlo, hacer la fácil.

Lo dejó unos pocos meses después.

Salió en busca de otro rugbier, al que ya le tenía echado el ojo de hacía tiempo, aún desde antes del accidente, como plan alternativo en caso de que la cosa no saliera como lo esperado.

Siempre había sabido ser una chica previsora, y ni siquiera esa posibilidad podía permitirse dejar librada al azar.

Luego de una temporada el deportista logró rehacer su vida, a pesar del dolor que la reacción de su esposa le provocó.

Él siempre había sido un luchador, y si algo le había enseñado su antiguo entrenamiento era precisamente a nunca bajar los brazos.

Tal y como el Tarot lo venía anunciando, más que su aspecto físico, fue esta condición psicológica y espiritual la que convenció a su enfermera de que él era el hombre indicado para ella.

Se casaron en una ceremonia muy emotiva poco tiempo después, a la que mi clienta también fue invitada, como una amiga más de la familia, y por supuesto que no faltó, no se podía perder esa oportunidad única de jactarse con su nueva adquisición!

Al muchacho le lograron colocar prótesis ortopédicas, a las que se adaptó muy bien luego de varios porrazos.

Inició una nueva carrera.

Ahora es Medalla de Oro en los Juegos Paraolímpicos.

Ella nunca logró tener hijos.

El médico le dijo que ambos en la pareja tienen problemas para ello.

Por supuesto que nunca ha pensado siquiera en adoptar, una posibilidad que jamás aceptaría.

Sabe bien que su nuevo marido sale con otras mujeres.

Ella cuando no está borracha fantasea con los vecinos del barrio.

Con algunos ha tenido ciertos episodios de cama.

Con otros sigue preguntándole a las cartas si hay alguna posibilidad.

De vez en cuando las hay, siempre y cuando les 'regale' algún 'dinerito', nada 'demasiado significativo'.

Su cónyuge también lo sabe, pero le da igual, mientras que ella no le complique sus propias escapadas por ahí…

El deportista y la enfermera cada tanto me llaman.

Ya tienen tres hijos, dos varones y una nena.

Los tres rubios de ojos azules, y muy sanos, que es lo que más importa.

De hecho el más grande ya dice querer seguir los pasos de su padre, al que tanto admira, y algún día convertirse en un gran atleta…


- We are the champions, my friends,
and we'll keep on fighting till the end.
We are the champions!
We are the champions,
no time for losers
'cause we are the CHAMPIONS
of the world! -

Freddy Mercury

Trad: Somos los campeones, amigos,
Y nos mantendremos luchando hasta el final.
Somos los campeones,
Sin tiempo para perdedores,
Porque somos los CAMPEONES
del mundo!

Yo soy El SOL que muere y renace, siempre con el mismo rostro.

Siempre con el mismo fulgor.

Muchas nubes pondrán ante mí, pero ellas pasarán y yo permaneceré.

No te confundas con mi débil aspecto de niño al nacer, porque poseo la fuerza de mil tropeles.

Yo represento el fragor que incendia tu alma.

La fuerza interior que te da la seguridad y solidez de carácter suficiente para saber que siempre, tarde o temprano, obtendrás la Victoria.

No es eso liberador?

 Levanta tu bandera.

Hoy volverás a destellar!!!

No es la capacidad física lo que nos hace campeones.

No es la caída la que nos hace perdedores.

Ganadores somos los que seguimos luchando.

No importa cuantas veces tengamos que levantarnos.

El campeón está adentro, aguardando la próxima batalla, la próxima oportunidad de demostrar su temple.

No hagas leña del árbol caído.

Recuerda, hay árboles que son campeones aún destruidos, aún exhaustos, y aunque no lo creas, es sólo una cuestión de tiempo para que vuelvan a erguirse, aunque eso signifique tener que hacerlo recogiendo sus propios pedazos...




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taro-bitácoras de consultorio (casos reales) en
TAROT DE MáXIMO

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