Londres, 19 de Noviembre de 2013 - En el siglo XIX, J. T. Brudenell, el séptimo conde de la casa de Cardigan, en Reino Unido, dio nombre a la famosa prenda (chaqueta cárdigan) con la que hoy relacionamos su apellido.
Su linaje era uno de los más conocidos en Reino Unido, pero su sucesor, David Brudenell-Bruce - actual conde de Cardigan - vive hoy gracias a un subsidio del gobierno británico de 84 euros semanales, mientras trata de vender la mansión que durante 1.000 años ha pertenecido a su familia, valorada en 10 millones de libras.
La casa Tottenham, de estilo neoclásico, tiene 100 habitaciones y una parcela de 1.821 hectáreas que contiene el bosque de Savernake, el único de propiedad privada de Inglaterra, donde solía cazar en su tiempo el mismísimo Enrique VIII.
La caída en desgracia de los Cardigan comenzó cuando el conde en el 2006 firmó un acuerdo para convertir la mansión en un hotel de lujo con spa y campo de golf, y se fue a vivir a los Estados Unidos (donde su hija mayor, lady Catherine, se encontraba en un centro de desintoxicación) dejando a dos administradores a cargo de la finca.
Ahora les acusa de haberle robado.
Y es que desde su regreso a Inglaterra en abril de 2011 los mismos le han negado el acceso a todos los derechos sobre su patrimonio, por lo que la batalla legal se ha vuelto interminable.
Según ha informado The Times, el magnate inmobiliario Jaime Ritblat había acordado con los administradores la compra de la mansión, pero David asegura desconocer la operación, y está emprendiendo acciones legales.
Mientras tanto los británicos van conociendo bien alguno de los detalles más escabrosos de su día a día, que transcurre sobre todo en la cocina de su casa, porque allí están más calientes.
Cuando cae la noche, tanto él como Joanne, su mujer, se retiran al dormitorio, y ambos duermen vestidos para evitar el frío.
Las duchas se las dan en un baño público local, porque tampoco cuentan con agua caliente.
Por eso el aristócrata busca trabajo desesperadamente y de lo que le salga, como chófer, por ejemplo, aunque tiene claro que a su edad es difícil.
- Necesito trabajar y no hay mucho trabajo para un hombre de más de 60 años con un título de agricultura, al que se trajo al mundo para cuidar de una finca - dice.
Aunque de vez en cuando, si tiene suerte, le llaman de una agencia de empleo temporal y puede así completar el subsidio de 85 euros semanales que le paga el estado británico.
Joanne, por su parte, no puede trabajar al ser ciudadana americana y contar sólo con un visado de turista.
Y a pesar de todo eso, no cuenta tan siquiera con la ayuda de sus dos hijos mayores, que hace tiempo dejaron de hablarle.
El mayor, Thomas, permanece al margen, mientras que lady Catherine, que ya recuperada logró saltar a la fama como cantante - con el nombre de Bo Bruce -, dijo que ella, después de la muerte de su madre (la anterior esposa de David), ya no tenía padre.
Además, a mediados de octubre nació Sophie, su hija menor, lo que supone una boca más que alimentar, aunque también algunas ventajas sociales.
Según enumeraba la prensa británica, sus padres podrán optar ahora a 600 euros por el nacimiento, 24 euros semanales y una ayuda extra de hasta 3.900 euros anuales si cumplen determinadas condiciones.
Lo que no ha conseguido la recién nacida ha sido apiadar a los administradores.
Al revés, poco después de que la criatura viniera al mundo, el conde contaba que el paso que habían dado sus enemigos era intentar vender la mansión, en contra de su voluntad y por 12 millones de euros.
Pero el mes que viene se celebrará el juicio que puede resultar decisivo, por lo que el conde no deja de guardar esperanzas:
- Mi suegra tiene un dicho - declara -, ‘esto también pasará’, y le creo: Vamos a superar esto!...
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fuente: mujer hoy / el confidencial
foto: Carlos González
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