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Tarot en hechos: Arcano 4 de Oros (obstrucción mental y espiritual) - A MÁS DE UN AÑO DE LA PROHIBICIÓN SEXUAL EN INDIA


Según algunos maestros ascendidos han declarado, no hay sólo dos polaridades sexuales humanas, sino 64 totalmente separadas.

Esto se correspondería con la molécula de adn y sus 64 codones (orgánulos celulares que sintetizan las proteínas a partir de aminoácidos).

Así afirman la existencia de cuatro patrones sexuales básicos: masculino, femenino, bisexual y neutro.

Y estos son también descompuestos en polaridades:

- masculina: masculina-heterosexual y masculina-homosexual.

- femenina: femenina-heterosexual y femenina-homosexual.

- bisexual: cuerpo masculino y cuerpo femenino.

- Neutral: neutral-cuerpo masculino y neutral cuerpo femenino.

Siendo estos los ocho patrones sexuales primarios, de ellos se deriva el resto, hasta completar 64.

Pero además, esos seres no nos ven sólo como cuerpos, sino que nos perciben e identifican como ocho personalidades básicas, relacionadas con esos patrones.

Y estas ocho personalidades son a la vez las correspondientes a las 8 primeras encarnaciones de un espíritu, además de las ocho células originales del feto, las cuales producen los ocho circuitos eléctricos que conducen a los ocho chakras primarios, entre otras cosas.

Después de estas primeras ocho vidas, generalmente el espíritu escogerá un ritmo que sostenga un balance sexual durante el resto de sus encarnaciones en la Tierra.

Un ejemplo sería elegir tres vidas masculinas seguidas de tres vidas femeninas, luego continuando en ese patrón, aunque podría ser cualquiera que seleccione.

Lo que sucede en la mayoría de los casos es que termina prefiriendo alguna de las dos primarias, masculina o femenina, más que las otras, y utiliza esa más frecuentemente, lo que no quiere decir que eventualmente no pueda volver a utilizar alguna de las otras.

A pesar de que este conocimiento no es nuevo, y que se está haciendo cada vez más evidente con el advenimiento de la nueva era, en algunos lugares del mundo todavía prefieren regirse por arcaicas concepciones.

Tal es el caso de un fallo de la Corte Suprema de la India, que hace más de un año dejó a muchos de sus nacionales expuestos a la posibilidad de tener que sufrir 10 años de encarcelamiento por el simple hecho de amar a los de su mismo género.

Pero lo peor es que quienes apoyan tal decisión lo hacen excusándose en la supuesta validez de ciertos principios religiosos, basados en lo que es confundido con 'el único orden natural'.

Y digo 'supuesta validez' porque dudo mucho que algo que limita y atenta contra libertades fundamentales pueda ser llamado religión, ya que la base de esta es el religar (unir) no separar, y siempre desde el amor al prójimo y a Dios.

Pero aún así, este no es el único tema ni lugar donde se cometen las peores barbaridades en nombre de esas banderas, de seguro más de parte del mal que del bien, y más allá de lo que prefieran creer quienes las enarbolan.

O es que alguien en su sano juicio podría afirmar que el Padre considera válido en su nombre decapitar niños, violar y asesinar congéneres, o evitar que se amen de la manera en que a conciencia prefieran?

Evidentemente, un tipo de sentido religioso de esos sólo al Diablo pertenece.

 Y es que, como bien declaró Jeddu Krishnamurti, otro de los verdaderamente iluminados que pasó por esta tierra:

- La búsqueda de Dios, de la verdad, es el sentimiento de ser completamente bueno. No la cultivación de la bondad, de la humildad, sino la búsqueda de algo que está más allá de las invenciones y los trucos de la mente, lo que significa tener un sentimiento por ese algo, vivir en ello, ser ello. Eso es verdadera religión. Pero se puede hacer sólo cuando uno ha logrado abandonar el charco que ha cavado para sí mismo, y se adentra en el río de la vida. Así la vida le lleva donde sea, porque uno es parte de ella. En un río profundo pueden vivir muchos peces, y hay riqueza. Pero el charco, a la vera del camino, no tarda en secarse bajo el ardiente sol, y lo único que queda en él es fango y suciedad...



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el tarot en los hechos (historias que atender)
en TAROT DE MáXIMO
fuente (1ra. parte): El Antiguo Secreto de la
Flor de la Vida (Drunvalo Melchizedek)
imagen: activistas indios sufriendo
la mala noticia en 2013

Oración a: San Martín de Porres - YO TE CURO, DIOS TE SANA


Martín de Porres Velázquez fue un fraile peruano de la orden de los dominicos.

Es el primer santo negro de América, y el patrón universal de la paz.

También es conocido como 'el santo de la escoba' ya que suele ser representado con una escoba en la mano, como símbolo de su humildad.

Nació en Lima en 1579, hijo de un noble caballero español y de una mulata panameña.

Como era de imaginarse, su padre tardó en reconocerlo, pero al final permitió que su hijo llevara su apellido, teniendo de todas formas que partir dejando al pequeño al cuidado de su madre.

Desde niño sentía favoritismo por los enfermos, los desamparados y los pobres, en quienes reconocía sin duda el rostro sufriente de Nuestro Señor.

En 1594, a la edad de quince años, y por la invitación de Fray Juan de Lorenzana - famoso dominico, teólogo y hombre de virtudes -, entró en la Orden de Santo Domingo de Guzmán bajo la categoría de 'donado' (recibía alojamiento y se ocupaba en muchos trabajos como criado).

Así vivió 9 años, practicando los oficios más humildes.

Fue admitido como hermano de la orden en 1603 y en 1606 se convirtió en fraile profesando los votos de pobreza, castidad y obediencia.

Pronto sus virtudes dejaron de ser un secreto.

Su servicio como enfermero y humanitario, se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle.

Hombre de gran caridad, unía a su inagotable oración las penitencias más duras.

Era mucho el amor, eran poco el sueño y la comida, pero lo sostenía la oración, la infinita misericordia de Dios.

Falleció en 1639, pero hasta hoy el pueblo lo ama, y recuerda con mucho fervor sus milagros.

A veces se trataba de curaciones instantáneas, en otras bastaba tan sólo su presencia para que el enfermo desahuciado iniciara un sorprendente y firme proceso de recuperación.

- Yo te curo, Dios te sana - decía Martín, con gran conciencia del inmenso amor del Señor.

Muchos lo vieron entrar y salir de recintos estando las puertas cerradas.

Otros lo vieron en dos lugares distintos a un mismo tiempo.

Todos, grandes señores y hombres sencillos, no tardaban en recurrir al socorro del santo mulato...

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