Qué queremos decir cuando hablamos de 'monstruos'?
La palabra evoca figuras de horror gótico, como Frankenstein o Drácula, imágenes clásicas de pueblos exóticos, sin cabeza o rasgos grotescamente exagerados, y tipos de animales quiméricos, que habitan en las páginas de bestarios medievales.
Cómo se han creado monstruos a lo largo de los siglos es mucho más indicativo de los desafíos morales y existenciales a los que se enfrentan las sociedades, que de las realidades que se han encontrado.
La etimología de la monstruosidad sugiere las funciones complejas que los monstruos juegan dentro de la sociedad.
'Monstruo' probablemente se derive del Latín, monstrare, que significa 'demostrar', y monere, 'para advertir'.
Los monstruos, en esencia, son demostrativos.
Ellos revelan, auguran y hacen evidente, a menudo de forma muy incómoda.
Aunque el monstruo gótico moderno y la quimera medieval pueden parecer ajenas, ambos han actuado como importantes herramientas sociales.
El Dr. Walter Palmer, que disparó ilegalmente a Cecil, el león en Zimbabwe, ha sido etiquetado como un monstruo.
Habiéndosele dado el apodo de 'El Dentista', ha tenido que renunciar a su práctica, huir de su casa, y contratar guardias armados para protegerse a sí mismo y a su familia, como resultado del disgusto público en sus acciones.
Incluso ha recibido amenazas de muerte y ha sido descripto como 'casi humano'.
La caza de trofeos, y cualquier persona que participa en ella, ha sido vilipendiada de manera similar en los medios de comunicación, así como por los grupos a favor de los derechos de los animales.
Tales 'monstruos' públicos cumplen una función similar a los monstruos góticos, imágenes que encarnan las características culturales o psicológicas que nosotros, como sociedad, encontramos difícil de reconocer.
Escindiéndonos de ellos - a través de las fantasías de ejecución pública (o la exclusión simplemente profesional) - nos deshacemos de los atributos indeseables que sentimos que sólo tales portan.
El león 'asesinado' se convierte en la víctima inocente vestida de blanco del cuento gótico arquetípico, mientras el dentista asesino juega el papel de chivo expiatorio social.
Hasta hace relativamente poco en la historia, los 'monstruos cerca de casa', como los bebés deformes o terneros de dos cabezas, se entendían como las advertencias de la ira divina.
Representaciones monstruosas en periódicos y panfletos expresaban actitudes políticas fuertes.
Las razas monstruosas o bestias monstruosas tradicionales - como los basiliscos o los unicornios, que fueron desterrados a regiones distantes en los mapas - representaban algo aterrador desconocido: 'aquí hay dragones' se ponía para llenar los vacíos cartográficos.
Al mismo tiempo, sin embargo, los monstruos representan la maravillosa diversidad de la creación divina, una juguetona 'Naturaleza' que podría producir una multitud de formas extrañas.
Animales exóticos traídos a Europa por primera vez en el siglo 16, como armadillos o morsas, a menudo se interpretan como monstruos.
Más exactamente, ellos se convirtieron en monstruos: cosas que no encajan en las categorías naturales aceptadas.
Un armadillo se convertía en un 'cerdo-tortuga', mientras que una morsa era un 'pez-buey'.
Puede parecer contrario a la intuición, pero los animales que aparentemente mezclan las características de los diferentes grupos naturales no eran preocupantes.
Más bien, se reforzaron las categorías mediante la aclaración de los criterios definitorios para estos grupos.
Por transgredir, ayudaron a determinar los límites.
Para definir una forma irregular, como un bebé deforme, o una 'monstruosa criatura exótica', primero debía definirse 'lo normal'.
Por ejemplo, la definición aristotélica simple de un 'pájaro' era algo que tenía dos piernas, dos alas, podía volar y caminar.
Dos nuevas criaturas llegaron en el siglo 16 que parecía violar esta definición.
En primer lugar, aves del paraíso fueron traídas a Europa en el 1622 como pieles comerciales, con impresionantes penachos coloridos, pero sin piernas o alas.
Sus miembros fueron retirados por los cazadores que suministran los pájaros en Nueva Guinea.
Las aves fueron interpretados por los naturalistas europeos como criaturas celestiales, que nunca aterrizaron, que habitaban en la frontera entre lo aviar y lo angélico.
En el otro extremo del espectro aviar, marineros holandeses que llegaron a la Isla Mauricio se encontraron con los dodos.
Aunque rara vez fuese alguno traído a Europa físicamente, las descripciones y las piezas sueltas de dodos fueron utilizados por los naturalistas para representar desgarbados pájaros gordos.
Para ellos no sólo los dodos no volaban, sino que apenas podían caminar, a falta de las plumas y las alas típicas de otras aves, que eran casi de mamíferos en esta forma.
Así que los monstruos no son evidentes: fueron creados para servir a estos roles.
Incluso las hermosas criaturas, como las aves del paraíso, podrían convertirse en monstruos debido a su falta de extremidades y de estilos de vida imaginados.
Hacerlas un monstruo fue un valor añadido.
Eran rarezas comercialmente lucrativas!
El mercado de la monstruosidad motivó la creación literal de monstruos, como las 'sirenas', que se ensamblaban a partir de trozos de pescado, monos y otros objetos.
Estos objetos podían ser vendidos a coleccionistas o aparecer en zoológicos y 'freak-shows'.
Y escribir sobre y retratar tales monstruos virtuales, ayudaba a vender libros y folletos.
La historia de Cecil y 'El Dentista' no es tan diferente.
Sin duda, es muy vendible, porque los detalles sobre la vida y las actividades de este monstruo en particular, proporcionan un valioso forraje a los medios de comunicación.
Pero los antiguos monstruos animales podrían tener funciones muy específicas.
El propio dodo, por ejemplo, era representado también como enorme y voraz a finales del siglo 17.
Se aseguraba que consumía con avidez todo lo que se encontraba, incluso las brasas al rojo vivo.
Fue estigmatizado como asquerosamente grasoso para comer: un ave que aparentemente podría alimentar a 25 hombres!
Obvio que esta imagen fue creada por los escritores que nunca habían visto al pájaro, y no está apoyada por la evidencia paleobiológica actual.
Pero la idea del ave glotona encarnaba las angustias europeas sobre las rapaces actividades comerciales coloniales en el Océano Índico, lo que provocó un exceso de riquezas a Europa.
El dodo congestionado se convirtió en un chivo expiatorio del pecado de la gula europea.
Qué catarsis proporciona la 'mounsterización' de Palmer y otros cazadores de trofeos?
Tal vez la de que centrárse en la tragedia de un sólo león con 'personalidad' distrae de los mayores horrores de la caza furtiva y el conflicto humano-animal que se producen en otras regiones similares.
También oculta el hecho de que, aunque controvertido, la caza comercial regulada es una fuente importante de financiamiento para la conservación en muchos países.
Por un lado, la escisión de este monstruo refuerza nuestras concepciones de los límites sociales de la moral: no matar a las criaturas que percibimos como si tuviesen rasgos humanos (como nombres o personalidades).
Y por otro, ofrecer la ilusión de la absolución del horror subyacente en lo que todos estamos haciéndole al mundo natural...
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irreflexiones desprogramadoras en
TAROT DE MáXIMO
fuente: artículo What is a monster? (Qué es un monstruo?)
de Natalie Lawrence para la University of Cambridge (cam.ac.uk)
traducido y transcripto literalmente
imagen: The Monster of Cracow (Pierre Boaistuau, Paris, 1560)
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