La imagen universal de la paz, la de una paloma con la ramita de olivo en su pico, procede del relato bíblico del Diluvio Universal.
La evidencia que el ave mostró a Noé, no sólo significaba que los árboles ya no estaban cubiertos por las aguas, sino que Dios se había reconciliado con la humanidad.
Aún hoy, los católicos utilizan las ramas del olivo para bendecirlas el domingo de Ramos y colocarlas en algún lugar de su hogar cómo símbolo de protección.
Además, el aceite se utiliza en la liturgia cristiana para administrar cuatro de sus sacramentos, mantener encendida la lámpara del Santísimo y realizar el bautismo de campanas.
Y es que no es casual que el último retiro del propio Jesús, antes de su pasión y muerte, fuese el Monte de los Olivos.
Pero en realidad la acción de untar con aceite a una persona u objeto para sacralizarlos o consagrarlos, se impuso en muchas religiones.
En el antiguo Egipto se ungían diariamente las estatuas de los dioses con la finalidad de mantener las virtudes sobrenaturales que se les atribuían.
La unción de personajes cercanos al faraón, señalaba la aceptación celestial en los ritos de consagración de su poder terrenal.
Con aceite de oliva fueron ungidos, pues, sacerdotes, profetas y reyes.
Por esta razón Jesucristo mismo fue conocido como 'mesías', nombre que en Hebreo significa ungido.
Así, una sustancia tan asociada a la divinidad, no tardaría en aplicarse para expulsar al espíritu maligno de los cuerpos humanos.
- Este óleo, exorcizado por la oración, tiene tanta virtud, que aleja del alma a los demonios invisibles - decía San Cirilo de Jerusalén.
Pero para convertirlo en aceite de protección debe procederse de la siguiente forma:
Colocar el aceite de oliva en un frasco de vidrio o cristal completamente limpio, encender (con fósforos) una varita de incienso de mirra a su derecha, y a su izquierda poner un vasito con agua bendita (obtenida en la iglesia), además de una vela blanca prendida delante.
Luego se debe mojar el dedo pulgar derecho en el agua bendita, y santificar tres veces (mediante la señal de la cruz) encima del aceite diciendo:
- En el nombre de Dios Todopoderoso, santifica este aceite y bendícelo para la su utilización en la protección -.
Después, ya habiendo hecho lo que se considere mejor con los restos de la vela y el agua, nada más queda guardarlo así, durante 21 días.
Una vez pasado ese tiempo, y cada vez que se necesite, bastará ponerse unas gotas del mismo en las muñecas para estar seguro de que ninguna influencia maligna, de este plano o de otros, habrá de poder acercarse.
Porque al fin de cuentas qué hace que el olivo sea tan especial?
Que así como la Luz del Creador se mantiene ella sola, sin que la oscuridad pueda asociársele, y que sea sólo más luz lo único que puede combinarse con ella, así los olivos no pueden ser combinados con otro tipo de árbol.
Los árboles de limón pueden mezclarse con árboles de naranja, los de ciruelas con de duraznos o cerezas, etc.
Pero los olivos sólo pueden sobrevivir como olivos...
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