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Elemento de poder: Amapola - LA PAZ Y EL RENACIMIENTO




Son muchos los orígenes que se le dan a la amapola y es que, debido a su su belleza y colorido, estas flores silvestres han protagonizado diversidad de canciones, mitos y leyendas populares a lo largo de la historia.

Paseando por caminos y zonas rurales es muy común encontrarse, durante la primavera, con estas flores que tiñen de rojo los campos.

Las encontramos en los bordes de los caminos y en las lindes, formando hileras de carmesí, y también en grupo en los cruces.

La Papaver rhoeas, que tantas canciones populares ha inspirado, pertenece a la familia de las Papaveráceas.

Muchos la consideran una mala hierba, pero en realidad, es una de las flores que más coloridas que se conocen.

Tiene un tallo largo y erecto que puede superar el metro de altura, lo que la hace sobresalir sobre la maleza, en los terrenos más agrestes.

Lo más llamativo de las amapolas suelen ser sus flores, que debido a su textura, suave y muy fina, le confieren cierta imagen de fragilidad.

Estas están compuestas por cuatro delicados pétalos que forman una gran esfera, y aunque lo más común es que las encontremos de un color rojo escarlata, existen otras tonalidades como naranjas, amarillas, violetas y blancas.

Sobre cualquiera de estas tonalidades destacan los largos estambres negros que sobresalen de la flor.


Pero no sólo el color de las amapolas es muy preciado.

Su fruto, con forma de pequeña cápsula, contiene en su interior minúsculas semillas que escapan a través del opérculo (una especie de tapa) para reproducir, sin ayuda, la planta.

Las semillas de la amapola se han utilizado durante siglos como condimento gastronómico, ocupando un importante lugar en la elaboración de pan y bollería en las zonas de Europa, Asia y Norteamérica, de donde son originarias.

Es en estas zonas del planeta donde también ha sido protagonista de numerosos rituales y leyendas, pues se trata de una planta cuyos usos se conocen desde la Antigüedad.

Quizá el más común esté vinculado con el efecto somnífero, y es que se aseguraba que si se ponían en el plato de la persona amada flores de amapola, esta caería rendida a los pies del interesado(a).

En realidad era este efecto somnífero el que podía causar cierto atontamiento en el individuo, pudiendo manejarlo a antojo.

Llegados a este punto, conviene que diferenciemos entre distintos tipos de amapolas, especialmente entre dos.

La Papaver rhoeas es silvestre, a la que se le atribuyen todos los usos de los que hemos hablado anteriormente, una variedad que no hay que confundir con la Papaver somniferum o adormidera, que es altamente tóxica y de la que se extrae el opio.

A diferencia de la segunda, la silvestre tiene aplicaciones terapéuticas y únicamente las hojas pueden resultar levemente venenosas, aunque pueden ser letales para algunos herbívoros que las consumen en demasía.

En el caso de los humanos, los pétalos, la savia y el fruto pueden provoca r aquel efecto sedante.

Pero normalmente, el efecto de la infusión de amapola ayuda a eliminar la tos, siendo un fuerte expectorante.

Así que se considera un excelente remedio para las bronquitis, la pleuresía, y en casos de tos espasmódica, asma, inflamación de los párpados, y para las anginas.

También se utiliza como remedio de dolencias gastrointestinales, pero debido a que su exceso puede ser peligroso, sólo se aconseja tomarla bajo prescripción médica.

Es muy difícil saber cuándo comenzó a cultivarse con usos medicinales, aunque se sabe que en el Renacimiento era un excelente remedio contra la pleuresía.

En medicina popular se utilizaba contra el insomnio (debido a sus propiedades ligeramente somníferas), y también para los reumas y los cólicos.

En Cataluña consumían sus hojas verdes mezcladas con lechuga y escarola, y en algunos pueblos del norte Castilla, en la provincia de Burgos, era costumbre recolectar sus hojas en el verano para secarlas y así disponer de ellas en las épocas de resfriados, y tomarlas en infusión.

Respecto a su significado simbólico, la amapola se asocia popularmente con la fertilidad, y como tal está fuertemente ligada al mito de Perséfone.

Según reza la mitología griega, Demeter - diosa de la tierra y la fertilidad - tenía a esta hija, Perséfone, que estaba recogiendo amapolas cuando fue raptada por Hades - el dios de los infiernos - quien quería desposarse con ella.

Cuando Demeter vio que su hija no regresaba, ignorante del destino de aquella como esposa del señor del inframundo, se dedicó a recorrer el mundo para buscarla, y prohibió a la tierra que produjera frutos hasta que no la encontrara.

Zeus, padre de los dioses, tuvo que intervenir, y ordenó que Perséfone pasara seis meses al año con Hades, y seis meses en la tierra con su madre.

Por eso la tierra duerme durante la ausencia de Perséfone y despierta a su regreso.

Así pues la amapola es el símbolo de la fertilidad, pues crece en lo trigales del sueño, al ser pariente de la adormidera, y de la resurrección, por la alternancia de Perséfone en los infiernos y su vuelta a la tierra.

También hay quien asocia las amapolas a las guerras napoleónicas, y aseguran que nacieron de la sangre de los soldados muertos en la batalla de Waterloo, aunque después se ha aplicado este mismo origen a las dos guerras mundiales.

Por ello, Gran Bretaña y otros países europeos la ostentan como emblema en algunas de sus conmemoraciones, llevándola en sus ojales especialmente durante las jornadas previas (e inclusive) al próximo 11 de noviembre, en el Día del Recuerdo (Remembrance Day) , o - como también suelen llamarle - The Poppy Day, el 'Día de la Amapola'...



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elementos de poder en
TAROT DE MáXIMO
fuente: Espores (espores.org)
imagen: hace unos días, junto a un guía del Castillo
de Windsor (donde vive la reina) que la llevaba,
durante mi reciente paso por el Reino Unido




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Manual de crecimiento: La sanación del llanto - SI QUERÉS LLORAR, LLORÁ




A veces nos cansamos, llegamos al límite de nuestras fuerzas y, simplemente, nos dejamos llevar.

Llorar no es rendirse, ni aún menos es signo de debilidad.

En ocasiones no tenemos más remedio que recurrir a este desahogo necesitado porque estamos cansados.

Cansados de ser fuertes.

Porque la vida exige demasiado, y quienes nos rodean no siempre son conscientes de todo lo que damos a cambio de nada.

No lleves el peso del mundo a tus espaldas.

Carga con todo aquello que de verdad es esencial para ti y no olvides nunca que tu corazón necesita de un espacio privilegiado para ti mismo(a).

Y sin necesitas llorar, hazlo, porque solo los más fuertes pueden permitírselo.

Es posible que también a ti te educaran bajo esa idea de que las lágrimas deben tragarse.

De que la vida es dura y que llorar no sirve de nada.

Esta idea, a largo plazo, puede ocasionarnos problemas muy serios a nivel emocional.

El no llorar implica a veces no demostrar lo que sentimos y esconde, bajo falsas apariencias, que no estamos bien.

Si te empeñas en aparentar normalidad, escondiendo sentimientos y problemas, al final no solo esconderás tus emociones ante el mundo, también las esconderás para ti misma.

Las emociones que se ocultan son problemas que no se afrontan.

Y un problema no gestionado es una emoción que acaba somatizandose en forma de dolor de cabeza, de migrañas, cansancio, tensión muscular, mareos, problemas digestivos.

No se puede ser fuerte todos los días, al igual que nadie puede esconder su malestar o tristeza durante toda su vida.

No es saludable ni higiénico.

Debes permitirte ese instante de desahogo donde las lágrimas actúan como auténticas liberadoras de estrés, nervios y emociones.

Llorar sana.

Las lágrimas son un desahogo que conforma el primer paso del cambio.

Supone asumir nuestras emociones y liberarlas.

Tras el lloro llega la calma.

Nos sentimos más relajadas para ver la realidad y tomar decisiones.

Nadie más que tú sabe lo que has invertido para estar donde estás.

A lo que has tenido que renunciar por los tuyos, por la gente que amas.

Y todo lo has hecho con libre voluntad porque era lo que deseabas, es algo que sabes, pero siempre llega un momento en que parece que la vida y, más aún, las personas que te rodean, no nos tratan con el aprecio que nosotros hemos mostrado.

Debes ser fuerte ante una sociedad que no te pone facilidades en temas sociales y laborales.

Mostrar fortaleza ante una familia que no siempre es tan fácil de llevar como debería, ante unos padres, hermanos o pareja que, en ocasiones, suele priorizarse demasiado a ellos mismos, sin tenerte en cuenta.

Y en efecto, hay días que te cansas de ser fuerte, de llevarlo todo sobre tus espaldas y entonces…

Necesitas llorar.

Es importante poner límites y que la vida nos pida solo aquello que podemos ofrecer

Nadie puede dar más de lo que tiene.

Es imposible que ofrezcas alegrías y felicidades a los tuyos si ellos no te atienden y te corresponden con el mismo cariño, con el mismo afecto.

La clave está en el equilibrio.

Para lograr ser fuerte y poder con toda tarea a lo largo del día y, a su vez, cumplir con esos objetivos que tenemos en mente teniendo en cuenta las dificultades, es importante poner en práctica estas dimensiones.

Ser fuerte implica primero estar bien contigo mismo(a).

Cultiva tu crecimiento personal, disfruta de tus momentos personales, de tus aficiones.

Ama a cada persona que tienes a tu lado y, sobre todo, ámate a ti mismo.

Los más fuertes son los que saben amar y a su vez amarse a ellos mismos.

Y no, ello no es una muestra de egoísmo.

Ser fuerte requiere también liberar pesos que dificultan nuestro avance, que hieren nuestro bienestar y que nos ocasiona sufrimiento.

Sabemos que en ocasiones duele, pero es necesario dejar de dar prioridad a todos aquellos que no nos tienen en cuenta.

Ser fuerte implica permitirte ser débil de vez en cuando.

Qué queremos decir con esto?

Tienes derecho a decir que no puedes con esto y aquello, que te supera, que no vas a asumir más responsabilidades de las que ya tienes.

Tienes derecho a decir que no puedes más, que necesitas un descanso.


Tienes derecho a pedir respeto, a demandar cariño, afecto y reconocimiento.

Quien necesite de ti debe comprender que también tú necesitas de ellos.

Y, por supuesto, tienes todo el derecho a tus instantes de desahogo personal, de buscar un instante de intimidad para pasear y pensar en ti misma, para llorar, para escuchar tus pensamientos y atender tus emociones, para tomar decisiones y avanzar.

Porque la vida es, al fin y al cabo, eso mismo.

Caminar nuestros propios senderos vitales con el máximo equilibrio y bienestar interior...


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manual de crecimiento espiritual en
TAROT DE MáXIMO
fuente: artículo A veces lloro y no por debilidad,
sino por estar cansada de ser fuerte (mejorconsalud.com)
imagen: Tomar el control de mi vida (Amanda Cass)



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