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Consejo del Tarot: Los Enamorados y el volver a amar - DESPUÉS DE ACEPTAR LA IMPERMANENCIA




El arte de renacer sin apegos, según el Budismo zen, se basa en el concepto de 'impermanencia'.

Cómo dejar ir, dejar fluir, liberarse de los apegos del mundo, materiales e inmateriales, es una de las mayores enseñanzas de esta filosofía oriental.

Y es que el apego a las cosas y las personas es uno de los males modernos más complejos.

Nos vemos envueltos en mil  y un responsabilidades y con una serie de cargas que nos auto imponemos en el día a día: el trabajo, la escuela, las responsabilidades… y en todo ese mar de cosas en el que a ratos sentimos ahogarnos, se suma la imposibilidad de amar!

Especialmente cuando atravesamos por una ruptura amorosa, una separación, la muerte de alguien a quien amamos o incluso la pérdida de un trabajo, un hogar, es un reto recomponernos.

En muchas ocasiones no sabemos cómo superar esa pérdida, y casi inevitablemente nos amurallamos, nos recluimos en nuestro mundo interior.

El tema es que seguiremos siendo incapaces de sanar mientras continuemos pensando que eso que se fue era nuestro, que nos 'pertenecía'.

Porque en realidad nada nos pertenece, todo es tránsito y - como arena - se nos escapa entre los dedos de la mano.

Por eso la 'impermanencia' es ese estado mutable de la naturaleza de las cosas, en el que sólo fluyen.

La vida no es un estado rígido y estático, la mutación es en realidad su estado natural, todo florece, fecunda y muere.

Entender la vida como un tránsito, permite desapegarnos.

El apego trae sufrimiento justo porque deseamos lo que ya se fue y no volverá, o porque tememos a algo que quizá nunca vendrá.

La mayoría de nuestros pensamientos giran en torno al juicio sobre lo que somos o no somos, lo que tenemos o lo que queremos.

Así se nos ha enseñado a pensar y a medir lo que tenemos, por cánones como el éxito o la riqueza.

Nos creemos dueños no sólo de las cosas materiales sino de las personas, relaciones, amigos y dinámicas.

Así el apego es ese miedo a la pérdida, pero - si en realidad nada nos pertenece - a qué tememos?

Cuando hemos pasado por una crisis, las emociones negativas nos dominan: culpa, tristeza, melancolía.

Nos apegamos al ego y optamos por sobrevalorarnos o despreciar nuestras acciones.

El ego nos lleva al miedo, al egoísmo y a juegos de poder debido a que nos sitúa por encima o por debajo de los demás.

Dejar de darnos excesiva importancia es una de las enseñanzas del Budismo, que comprende que todos los seres estamos en equilibrio en el universo, en el mismo plano.

Cuando dejamos de desear y observamos las cosas sin juicio, podemos vivir en armonía con nosotros mismos, pues las formas son un impedimento para poder observar lo que realmente somos, esa luz que brilla en nuestro interior.

Observemos, seamos capaces de buscar dentro, no fuera de nosotros, las respuestas para sanar el dolor y ser capaces de volver a amar.

Volver a amar a otros y a nosotros, puede ser más sencillo si aprendemos a sentarnos en calma y centrar nuestra atención en observar las cosas como son, sin tormentos ni juicios.

Podemos interpretar además que todo lo que nace, todo ser vivo, toda relación incluso, está destinada a morir; a la vez que todo son ciclos.

Una ruptura o una pérdida, puede ser una oportunidad para ver, más allá de nuestros ritmos cotidianos, lo que es realmente esencial, el cambio que es lo único que permance.

Sólo miremos a nuestro alrededor y nos daremos cuenta de que la vida continúa; el ritmo de las estaciones; el sonido de las hojas al viento; el tiempo del mundo.

Lo que se va de tu vida te acompañará siempre, porque las experiencias y los recuerdos son materia que ya vive dentro de ti.

No te apegues a lo que fue ni pidas que vuelva, mejor obsérvalo: agradece lo bueno y aprende de lo malo.

Sólo así te liberarás de ello como una carga y te permitirás fluir en tu presente y lograr el equilibrio emocional: no todo es blanco, no todo es negro.

Y solamente con la puesta en práctica de estos principios puedes ir superando tus miedos y dificultades.

Salir de un estado de crisis o tristeza, de la culpa y el miedo,  es una labor diaria y disciplinada.

La práctica es la mejor manera de desembarazarnos de nuestro ego, de nuestros apegos, de observar nuestra impermanencia.

Volver a amar a otro ser, sólo es posible si volvemos a amar la vida, alimentando en el día a día, en los pequeños detalles todo aquello que fortalezca nuestro espíritu.

Liberarte del dolor puede ser una posibilidad de abrirte a la experiencia de volver a amarte y, con el corazón abierto como flor de loto, poder amar a los demás...





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consejos del tarot en
TAROT DE MáXIMO
fuente: artículo Instrucciones para volver a amar
de Paola Vázquez, publicado en culturacolectiva.com
imagen: L'Amoureux (Los Enamorados) del The Tarot
Lovers' Tarot de Karyn Easton





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