En la actualidad, las capas son la excepción y ya no son la regla como lo fueron alguna vez.
Sin embargo, las películas han mantenido viva la imagen dramática de las mismas.
Las imágenes del Zorro, Batman, Superman y el Fantasma de la Ópera vienen inmediatamente a la mente, y más recientemente, Harry Potter y su capa de invisibilidad.
Y lo mismo sucede con el Tarot, en cuyas cartas no dejan de aparecer, más que nada las de los mazos tradicionales.
Y es que su historia se remonta a aquella época en que el primer hombre sintió la necesidad de mantenerse caliente.
Originalmente era utilizada como una manta o cobertura de cama, al igual que una prenda exterior.
Esta era la práctica en la era romana, y se extendió a los escoceses y árabes a través de la edad media.
En cuanto a lo que religión refiere, los textos sagrados hacen referencia a ellas para hacer más evidente el respaldo y la protección del Señor sobre sus elegidos.
Por eso hasta la actualidad sus ministros las deben llevar para ofrecer su mensaje, ministración o revelación del Espíritu Santo, incluso los reyes que juran sobre la Biblia y hasta el propio Papa, dada su simbología relacionada con autoridad y unción.
Lo mismo en las incipientes sociedades secretas y sus complejos rituales.
Las capas medievales tenían generalmente una longitud hasta el piso, estaban hechas de lana, terciopelo o satín, dependiendo de la estatura de sus propietarios.
Al principio eran circulares, con un agujero en el centro para la cabeza, y servían principalmente para mantener al usuario caliente.
Claro que se consideraba que la nobleza no podía llevar el mismo tipo de prenda que los pobres, y hasta los colores – además de las propias telas - tenían que ser diferentes, como señal de su riqueza.
Mientras que los campesinos cosían las suyas en casa, los aristócratas tenían sus propios sastres que se ajustaban siempre a los dictados de la moda, y cuanto mayor era la calidad del material, más distinguida la persona que lo llevaba.
Pero no fue hasta el Renacimiento que comenzaron a utilizarse como hoy las conocemos, balanceando su longitud para mantenerlas en el lugar.
Y aunque 'capa' y ' manta' eran frecuentemente utilizadas como sinónimo, en realidad con lo de manta se referían a una prenda más corta y menos formal, mientras que la capa se definía por ajustarse en los hombros, y su larga longitud.
Para 1850, los estilos ya eran más cortos.
Para 1900, la delgada silueta favoreció al abrigo que resaltaba la figura sobre la capa con menos forma.
Esto revirtió la tendencia de la época victoriana, cuando la capa se utilizaba para disfrazar el embarazo y para cubrir graciosamente las amplias faldas y crinolinas.
Todavía se utilizaban para 1920, pero en una versión más moderna aun.
Obtuvieron de nuevo algo de favor nuevamente - como prendas diurnas - en 1950 - cuando fueron hechas de tweed y mohair – pero ya hoy no es muy común verlas, a no ser en algunas ocasiones muy especiales, siempre relacionadas con nobleza y sus costumbres más medievales...
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simbología asociada en
TAROT DE MáXIMO
imagen: Wands VI (6 de Bastos)
del Tarot of Dreams de Ciro Marchetti
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