En México, la leyenda de La Llorona es tan importante que se la considera la tercera en el imaginario popular, después de la Virgen de Guadalupe y la Malinche (la indígena que se convirtió en amante del conquistador español Hernán Cortez).
Esta versión mexicana cuenta que es la diosa azteca Chihuacóatl, protectora de la raza.
De acuerdo con la sabiduría popular, antes de la conquista española una figura femenina vestida de blanco comenzó a aparecer regularmente sobre las aguas del lago de Texcoco, llorando por sus hijos simbólicos a quienes perdería con la conquista de América.
Así la diosa Chihuacóalt habría aparecido para anunciar la caída del imperio azteca y el fin de la civilización, a manos de hombres procedentes de Oriente.
Otros consideran que La Llorona fue en verdad Doña Marina (la Malinche) que venía del otro mundo a penar por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros.
El mismo mito es una de las leyendas más populares en Colombia.
Los campesinos colombianos cuentan que son dos las cosas que más les hacen temblar por las noches: El rugido del tigre - que sale a cazar - y el grito espeluznante de la llorona.
Explican que es el alma en pena de una madre que para esconder la deshonra de haber sido infiel al esposo que creyó muerto en la guerra, ahogó a su hijo recién nacido - concebido con otro soldado - en una quebrada cuando este regresó.
Por su parte, en Venezuela aseguran que se trata de una mujer que se enteró que se esposo le ponía los cuernos con su propia madre.
Enloquecida le prendió fuego a la casa de aquella y la mató.
Desafortunadamente olvidó que sus hijos también estaban adentro.
Cuando se percató era demasiado tarde.
Desde este momento vaga su lamento por el llano venezolano.
Y así va cambiando de origen por todito el continente americano - aunque siempre llorando por sus hijos y siempre apareciéndose cerca de alguna corriente de agua, que representa sus lágrimas o el lugar donde hundió a sus niños - pero de una forma o la otra son muy pocos los pobladores o viajeros que aseguran no haberla oído o visto nunca por estas tierras.
Se desconoce la fuente que pudiese haber sido la común a todas las versiones, aunque algunos investigadores teorizan acerca de que la misma podría estar en la clásica Medea griega.
De acuerdo con esa mitología, Medea fue una hechicera y princesa que se enamoró de un griego llamado Jasón, con quien se casó y tuvo dos hijos.
Varios años después el héroe la abandonó para casarse con Creusa, princesa de Corintio.
Entonces, en un acto de cruel venganza, Medea asesinó a sus dos hijos, y le envió una túnica envenenada de regalo a la nueva prometida de Jasón.
Esta murió al instante, nomás ponerse la prenda.
Así tanto el mito de Medea, como las historias contemporáneas de La Llorona, describen a una mujer que mata a sus hijos para vengarse del esposo o amante infiel.
Sin embargo hay una diferencia fundamental entre las dos madres, y es que mientras La Llorona se autocondena al eterno llanto y sufrimiento por el daño que causó - tal como también se puede ver en las ilustraciones del 9 de Espadas del Tarot - a la Medea se la describe como una mujer sin ningún tipo de culpa, siempre incapaz de sentir ni un ápice de remordimiento por sus nefastas acciones cometidas contra quienes carecían de toda responsabilidad por el dolor que sufría...
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mitología asociada en
TAROT DE MáXIMO
imagen: bibibachtadze.com
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