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Tarot en hechos: Arcano 7 de Bastos (gigantismo) - CONFESIONES DE UNA MACROFÍLICA




Hace tres años, después de una serie de relaciones horribles e incluso peores decisiones, decidí que la sobriedad era lo mejor y dejé de tener citas por un tiempo.

Ahora, sin la ayuda del valor líquido en el que solía confiar, mi cabeza es un lío cuando se trata de pensar en sexo.

Me pone nerviosa.

La chica que alguna vez tuvo sexo borracha en un parque público ahora sólo realiza picnics en ellos.

Así que en lugar de beber, he decidido explorar fetiches.

Y parece ser que cuando te interesas en una perversión, empiezan a suceder cosas asombrosas.

Sólo tomó un taller de BDSM (y escribir en línea sobre la experiencia) antes de que un ex novio me invitara a salir de nuevo, un desconocido me escribiera diciéndome que estaría encantado si se convirtiera en mi retrete humano, y una dominatrix me enviara un mensaje en Twitter para ofrecerme lecciones privadas gratuitas de BDSM.

Por desgracia, no era exactamente lo que buscaba; no quiero usar a nadie como un inodoro humano, al menos no todavía.

Así que decidí probar algo nuevo, que me presentaron en aquel taller de BDSM: la macrofilia.

Macrofilia, o el fetiche de la mujer gigante, es una fantasía sexual que involucra sobre todo a hombres sumisos que se excitan con la idea de ser aplastados o devorados vivos por mujeres destructivas del tamaño de un rascacielos.

Cuando nació, esta perversión era controversial.

Algunas gigantas 'aplastaban' animales vivos: insectos, gusanos, langostas o peor.

Esto es ahora ilegal para los vertebrados vivos.

En la actualidad, los macrófilos se excitan sobre todo mediante videos de internet y collages de fotos, en los que distorsionan los tamaños con la ayuda de Photoshop y otras herramientas para editar.

Imagínense, como explicó un usuario de Reddit, a una 'Christina Hendricks de 150 metros de altura causando estragos por el centro de una ciudad repleta de gente, mientras da rienda suelta a cualquier actividad sexual que le dicte su pequeño corazón de gigante'.

Todo esto es un giro de 180 grados en mi historial de relaciones, y tal vez es por eso que me intrigó.

En ocasiones anteriores, siempre había salido con hombres dominantes y agresivos.

He estado en relaciones que fueron emocional y físicamente abusivas.

Me he forzado a sentirme insignificante para hacer felices a los hombres grandes y poderosos de mi vida.

Si existía un nicho donde las mujeres son grandes y están a cargo, pensé que valía la pena intentarlo.

En 2015, las búsquedas en páginas porno para 'giganta' (giantess en inglés) habían crecido más que cualquier otro término.

Según Pornhub, hasta 1,091% más que el año anterior.

Podría no ser tan común como el bondage, pero la macrofilia está ganando popularidad.

Además juega con los principios conocidos del BDSM: la mujer en control y como una diosa.

En un thread AMA (ask me anything) de Reddit, un hombre describió el atractivo de la macrofilia como 'la máxima expresión de dominación, en la que quedas reducido a la nada frente a una mujer. A veces no eres más que un juguete sexual. A veces no eres nada y sólo piensas en ser aplastado'.

Otro macrofílico, quien me pidió que no utilizara su nombre, me dijo 'Me gusta sentirme insignificante. Me gusta la idea de una mujer tan poderosa que pueda aplastarme y que no se dé cuenta. Ser tan pequeño lo vuelve real'.

A pesar de que es una  fantasía - ya que este tipo no va a conocer a una mujer de 150 metros de altura -, explicó que internet le permite darse ese gusto.

Luego contacté a una amiga que solía ser una dominatrix en Nueva York.

Me explicó que la mayoría de los macrófilos que conoce son 'hombres poderosos: abogados, tipos de Wall Street. En vista de que sus trabajos tienen que ver con el poder y control, cuando quieren un escape, necesitan sentir todo lo contrario a eso'.

Ella llegó a la conclusión de que a veces sexualizamos nuestro dolor personal, nuestros traumas y frustraciones, con el fin de sentirnos en control.

Y lo entiendo. Siempre he tenido problemas con mi autoestima.

Una vez estaba sexteando con un chico y su respuesta fue 'tienes una cara única', como si un cuadro de Picasso le hubiera mandado el mensaje.

La imagen tan pobre que yo tenía de mí me condujo a esa serie de malas relaciones, en las cuales traté de encogerme.

Acaso sexualizar esas inseguridades me pondría de nuevo en control de las mismas?

Decidí probar esas aguas y subí algunos videos de macrofilia a mi Instagram y Snapchat.

Fui a una tienda de juguetes para comprar algunos soldados en miniatura y animales de plástico para pisarlos en los videos.

El anciano en la caja registradora asintió con la cabeza.

- Regresó el periodo escolar, eh?... -

Me pregunto si pensó que era una maestra o una madre que ayudaba a su hijo con una maqueta.

Decidí vivir en aquella fantasía, en lugar de una donde tengo 30 años y me filmo a mí misma aplastando soldados de juguete para internet.

He subido algunos videos en los que salgo pisando los soldados, con el hashtag #giantess.

En conjunto, los vídeos obtuvieron unas pocas miles de visitas y algunos comentarios.

Una mujer me rogó: 'Por favor ¡aplástame con tus pies!'.

Un tipo me escribió: 'Me encantaría estar a tu merced'.

Una mujer, cuya biografía dice que es la propiedad/esclava de otra giganta, me envió un mensaje directo: 'Eres hermosa'. Otro mensaje directo: 'Haz más imágenes de macrofilia'.

Una persona me ofreció algunos consejos sobre cómo mejorar mis próximos videos: 'Cambia el ángulo de la cámara hacia uno POV (Point of View), desde la perspectiva de los hombrecitos'.

No sentí mucho después de pisar los juguetes de plástico, pero la atención me excitó. 

Pronto estaba inmersa en los foros relacionados con la macrofilia en Reddit. 

Comencé a responderles a algunos de los macrófilos que habían comentado en mi Instagram y les pregunté: 'Les gustó mi video? Si subiera otros los verían?'.

Sigo diciéndome que lo hice para poder escribir el artículo, pero es cierto esto? 

Encontré un grupo de personas que querían adorarme por hacer algo tan pequeño como pisar un juguete; y se sentía increíble.

Ese mismo día, un video promocional (que no estaba relacionado con la macrofilia) que había grabado meses antes para una empresa fue lanzado en Facebook. 

La sección de comentarios fue mordaz. 

Los trolls me llamaron una 'perra fea'. 

Otros intervinieron para decir que era tan tonta que nunca debería ser madre. 

Incluso hubo un debate acerca de si en realidad era o no un hombre; aunque si lo fuera, me imagino que no comentarían mi apariencia en primer lugar.

El mundo real puede ser duro y sentencioso, pero como una giganta, pude escapar de todo eso. 

Aquí había un rincón de internet en el que podía ser grande, descarada y sin remordimientos. 

Podía ocupar espacio y exigir mis propios deseos. 

Y si alguien más consigue hacerse una buena chaqueta con eso, mucho mejor...






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el tarot en los hechos (historias que atender)
en TAROT DE MáXIMO
fuente: artículo Adoptar la macrofilia me ayudó a sentirme
poderosa, publicado por Allison Segel en Vice (vice.com)
imagen: estatua gigante de Marylin Monroe realizada
por el escultor Seward Johnson




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