El Mes de María se reza en Mayo, en el llamado 'mes de las flores', que se llama así porque con la
llegada del buen tiempo en el hemisferio norte, y tras las lluvias invernales, el campo y los jardines comienzan a cubrirse de un verde intenso, y de los colores y aromas de las flores.
Es allí el apogeo de la primavera.
Y así, desde la edad media se consagró este como el mes de la Virgen María, para rendir culto a las virtudes y bellezas de la Madre de Dios.
Quizá se hizo esto como una sustitución cristiana de las solemnidades paganas en honor de la diosa Flora, que también se realizaban durante este período, y que incluso desde mucho antes estaba consagrado a 'la diosa', tomando su nombre de otra divinidad romana de la naturaleza, llamada
Maia (madre natura, vinculada a la idea de vegetación y florecimiento).
Coincidentemente, el Día de la Madre también se suele ubicar en estas fechas, alrededor de casi todo el mundo.
Así que para quien desee participar de tales celebraciones, he aquí un modo sencillo y breve de fomentar la devoción a la Virgen, diciendo cada día del presente la oración que vienen a continuación:
Bendita sea tu pureza,
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
te ofrezco desde este día,
alma, vida y corazón
Mírame con compasión,
y no me dejes, Madre mía.
Acordaos, oh piadosísima
Virgen María, que jamás
se ha oído decir que ninguno
que haya acudido a ti,
implorando tu asistencia
y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado
de tu protección.
Animado con esta confianza,
a ti también acudo, oh Madre,
Virgen de las virgenes,
y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante tu presencia soberana.
No deseches, oh Madre de Dios,
mis humildes súplicas,
antes bien, escúchalas
y acógelas favorablemente.
Amén
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TAROT DE MáXIMO