Por lo general, el significado simbólico de los rayos, centellas y relámpagos que aparecen en los diferentes mazos de Tarot, tiene que ver con alguna clase de intervención divina repentina.
Así, en esta tradición el rayo haría las veces de mensajero celeste, conectando al Cielo con la Tierra.
Es una advertencia que deriva de una fuente superior, un llamado de atención al consultante, para que se despierte y empiece a observar el entorno.
Todo esto no es extraño en casi ningún folklore del mundo.
Baste recordar que el rayo es también el arma de Zeus-Júpiter en la mitología greco-romana.
Esta divinidad era benefactor y padre de los demás dioses y diosas, los que a la misma vez debían cuidarse de su cambiante carácter.
Era la Chispa Creativa para los indios americanos, que lo veían como un anuncio del Pájaro-Trueno, un designio seguro de la fertilidad y abundancia que provocarían las siguientes lluvias.
Vinculándolo con el agua y el fuego, lo consideraban también creador y destructor, al igual que en la Antigua Grecia y muchas otras culturas ancestrales.
De la misma forma el relámpago es uno de los símbolos más ambivalentes del Tarot, puesto que los arcanos en los que aparece suelen tener algún sentido de destrucción y construcción al mismo tiempo, tal como su par, el fenómeno natural en sí, característica que comparte con huracanes y volcanes.
Sin embargo, el tema pasa siempre por lo mismo: la necesidad de regenerar lo pasivo, activándolo.
Por eso, cuando en una tirada aparece una carta como La Torre, quizás sea una señal muy clara acerca de lo urgencia de verificar cuál serán esas fuerzas que están construyendo o destruyendo la vida de quien consulta...
simbología asociada en
TAROT DE MáXIMO
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