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Mitología: Perseo, un verdadero idealista - QUÉ NO HACEMOS POR AMOR?



Perseo - personaje legendario tradicionalmente asociado con la figura del Caballero de Copas del Tarot -  era hijo de una mujer mortal, Dánae, y del gran dios rey del cielo, el olímpico Zeus.

El padre de Dánae, el rey Acrisio, había sabido por un oráculo que algún día su nieto lo mataría y, aterrorizado, apresó a su hija y expulsó a todos sus pretendientes.

Pero Zeus era un dios y quería a su hija Dánae.

Entró en la prisión disfrazado de aguacero de lluvia de oro, y el resultado de su unión fue Perseo.

Al descubrir Acrisio que, a pesar de sus precauciones, tenía un nieto, metió a Dánae y a su hijo en un arcón de madera, y lo arrojó al mar, esperando que se ahogaran.

Pero Zeus envió vientos suaves para que empujaran a madre e hijo a través de las aguas hasta la orilla.

El arcón llegó a tierra en una isla donde lo encontró un pescador.

El rey que gobernaba en la isla recibió a Dánae y a Perseo y les ofreció refugio.

Perseo creció allí fuerte y valiente, y cuando su madre se sintió incómoda por las insinuaciones que no deseaba del rey, el joven aceptó el desafío que lanzó este molesto pretendiente.

El mismo consistía en traerle la cabeza de la Gorgona Medusa.

Nótese que Perseo no aceptó esta peligrosa misión porque deseara adquirir gloria personal, sino porque amaba a su madre, y estaba dispuesto a arries­gar su vida para protegerla.

La Medusa era tan horrorosa que sólo con mirarle a la cara con­vertía en piedra al observador.

Perseo necesitaba la ayuda de los dioses para vencerla, y Zeus, su padre, se aseguró de que le ofrecieran esa asistencia.

Hades, el rey del inframundo, le prestó un casco que hacía invisible al portador.

Hermes, el mensajero divino, lo proveyó de sandalias aladas, y Atenea le dio la espada y un escudo especial pulido con tanto brillo que servía como espejo.

Con este escudo, Perseo pudo ver el reflejo de Medusa, y de ese modo le cortó la cabeza sin mirar directamente a su horrible rostro.

Con esta cabeza monstruosa, convenientemente oculta en una bolsa, volvió para casa.

Durante el viaje vio a una doncella hermosa encadenada a una roca que había en la playa, esperando la muerte a manos del Kraken, un terrible monstruo marino.

Supo que se llamaba Andrómeda y que la estaban sacrificando al mismo porque su madre había ofendido a los dioses.

Una vez más, conmovido por esa situación y por la hermosura de la muchacha, el héroe luchó con el monstruo, valiéndose de la cabeza de la Medusa para convertirlo en piedra.

Después, regresó con Andrómeda para presentársela a su madre que, en su ausencia, se había sentido muy atormentada por las insinuaciones del malvado rey, hasta el punto que, desesperada, tuvo que buscar refugio en el templo de Atenea.

Entonces el apuesto joven sostuvo en el aire la cabeza de la Medusa, convirtiendo en piedras a todos los enemigos de su madre.

A partir de ello Andrómeda y él vivieron en paz y armonía, y tuvieron muchos hijos.

Su único pesar fue que, cierto día, mientras tomaban parte en unos juegos atléticos, lanzó un disco que llegó demasiado lejos, impulsado por una ráfaga de viento, y accidentalmente golpeó y mató a un anciano.

Este hombre era... Acrisio, su propio abuelo, el que lo había lanzado al mar junto a su madre siendo un apenas un bebé!!!

Fue así que, de esa forma, se cumplió el oráculo que el difunto anciano tanto se había esforzado por evitar.

Pero en Perseo no había ningún espíritu de rencor ni de venganza, y debido a esta muerte accidental, no quiso seguir gobernando su legítimo reino.

En con­secuencia, intercambió los reinos con su vecino, el rey Argos, y construyó para sí una ciudad poderosa, Micenas, en la que vivió largo tiempo con su familia, en amor y en honor.

Por eso la historia de Perseo es un relato de amor y de coraje en la batalla contra el odio y el temor, y refleja el modo en que lo divino está presente en todo.

Su lucha es por algo que hay en nuestro interior, y que puede alcanzar metas sin hacer que sufran los que no tienen culpa.

Castiga sólo a los que merecen castigo y siempre honra y respeta a los dioses.

Y hasta es capaz de perdonar a Acrisio, por su odio corrosivo, y ni siquiera se siente obligado a buscar venganza.

Quizá por eso viva mucho tiempo y felizmente con su madre, su esposa y sus hijos, lo cual no es para nada usual en el mito griego...







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mitología asociada en
TAROT DE MáXIMO
fuente: La Página de la Vida
imagen: Perseo con Medusa por Valeria
Tarnowska (The Metropolitan Museum of Art, NYC)






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