La obra de Salvador Dalí no deja de deparar sorpresas.
Incluso en el ámbito científico!
Porque este cuadro, titulado Mercado de esclavos con el busto desaparecido de Voltaire, ha servido a un equipo de investigadores de la Universidad de Glasgow para comprender mejor como funcionan los mecanismos del cerebro que controla la visión humana.
La gracia del mismo reside en que la figura central puede ser interpretada de varias formas.
Algunas personas ven en ella un busto de Voltaire, mientras que otras las figuras de dos monjas.
Por ese motivo, los investigadores escanearon los cerebros de un grupo de voluntarios mientras miraban la obra del pintor español.
Y lo que descubrieron fue que el cerebro trabaja a mayor velocidad aún de lo que se pensaba, ya que, tan sólo 100 milisegundos después de recibir el estímulo visual, el cerebro ya se concentraba en detalles concretos del cuadro, y al cabo de 200 milisegundos, enviaba la información a ambos hemisferios para procesarla, y construir la imagen pertinente.
Pero lo más asombroso fue que comprobaron que, cuando las ondas eléctricas que se generaban en el proceso eran del tipo Beta, las personas veían las figuras de las dos monjas.
Y cuando eran del tipo Theta, el busto de Voltaire.
Las ondas cerebrales Beta se asocian con la conciencia normal de vigilia y un mayor estado de alerta, la lógica y el razonamiento crítico.
Aunque importante para que funcione eficazmente en la vida cotidiana, los niveles de Beta más altos se traducen en estrés, ansiedad e inquietud.
Con la mayoría de los adultos con actividad principalmente en Beta durante sus horas de vigilia no es de extrañar que el estrés sea el problema de salud más común de hoy en día.
La voz de Beta es la persistentemente parlanchina de su crítico interior, que se hace más fuerte y más implacable cuanto más usted asciende en la gama.
Pero por su parte, las ondas cerebrales Theta están presentes durante la meditación profunda y el sueño ligero, incluyendo la etapa REM (la de los sueños más intensos).
Theta es el reino de la mente subconsciente.
También se conoce como el estado crepuscular, ya que normalmente es sólo momentáneamente experimentado mientras uno se va quedando dormido (en Alfa) o cuando se va despertando de un sueño profundo (Delta).
Un sentimiento de profunda conexión espiritual y de unidad con el Universo sólo puede ser experimentado en Theta.
Visualizaciones vívidas, gran inspiración profunda, creatividad, la perspicacia excepcional, así como la mayoría de los programas profundos de la mente, están todos en Theta.
Es el estado mental en el que conscientemente creamos nuestra realidad.
En esta frecuencia de control de la mente uno es consciente de su entorno aún cuando su cuerpo está en profunda relajación.
Para saber cómo acceder a este nivel de la mente a voluntad, primero debe aprender a relajarse.
La voz de Theta es silenciosa...
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fuente: artículo de Vicente fernández publicado
en Nueva Investigación (quo.es)
imagen: Mercado de esclavos con el busto
desaparecido de Voltaire (Salvador Dalí)
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