El Día de San Patricio se celebra anualmente cada 17 de marzo (mañana) para conmemorar el fallecimiento de San Patricio - c. 386-17 de marzo de 493 o c. 460 -, que es el patrón de Irlanda, pero seguramente también el santo más ampliamente celebrado en el mundo entero.
A los 16 años cayó prisionero de piratas irlandeses y fue vendido como esclavo.
Luego de una noche haber escuchado la voz de una santa que le indicaba que regresara a Irlanda, logró - tras varios intentos - huir, y se convirtió en predicador de la isla, que en esos tiempos se encontraba dividida en numerosos clanes y sometida a la poderosa autoridad de los druidas (sacerdotes de los dioses paganos celtas).
Según las historias, se cuenta que cierto día se hallaba tratando de explicar a un grupo de isleños sobre el misterio de la Trinidad, pero a pesar de sus esfuerzos no lograba que entendieran plenamente el tema.
Casualmente, miró hacia el suelo y vio un trébol con sus tres pétalos, y enseguida lo tomó para explicarles que así como brotaban sus hojas de un mismo tallo, de la misma manera el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo eran uno solo.
Desde aquel momento, los irlandeses tomaron al trébol como el símbolo de su labor pastoral, y más adelante fue adoptado como emblema nacional, en virtud del significado de su obra.
Pero también los duendes son parte del conjunto de alegorías populares de estas fiestas, ya que, tal como cuenta la leyenda, los druidas se opusieron a la evangelización, y convocaron a los duendes (espectros y espíritus burlones, entes maliciosos) para molestar a Patricio y a todos los que se le hubiesen unido.
Fue entonces cuando él los enfrentó y expulsó de la iglesia, diciendo:
- EN NOMBRE DE DIOS TODOPODEROSO
YO LOS EXPULSO,
ESPÍRITUS IMPUROS! -
YO LOS EXPULSO,
ESPÍRITUS IMPUROS! -
Así, la imagen de San Patricio siempre está presente en los exorcismos de tales duendes, ya que ellos rechazan al hombre que los desterró de la iglesia.
De la misma forma se le atribuye a él haber desterrado a las serpientes del lugar - hoy no queda ninguna - ahogándolas en el mar, ya que se les consideraba la propia encarnación del mal.
Y es por esto que, siguiendo las misma tradiciones, todos deben vestirse con algo de tono verde - el color de su trébol - durante la celebración, cuestión de evitar que los duendes, y cualquier otra amenaza por el estilo, se vuelva a hacer presente.
Por lo mismo su invocación es ideal para repetirla cuando se busca protección de aquellos...
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