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Elemento de poder: Mariposas - SÍMBOLOS DE REENCUENTRO Y DESARROLLO




- Te amo - dijo la flor - si no lo sabes ha sido por mi culpa. No tiene importancia. 
Pero tú has sido tan tonto como yo. Procura ser feliz. 
Y deja ese globo en paz, ya no lo necesito.
- Pero el viento...
- Ya no estoy resfriada. El aire fresco de la noche me hará bien: Soy una  flor! 
- Y los animales?
- Tendré que soportar dos o tres orugas si quiero conocer a las mariposas.
Parece que son muy bellas. Y si no, quién vendrá a visitarme?

El Principito (Antoine de Saint- Exupéry)


Seguramente alguna vez escuchaste decir que si una mariposa blanca vuela, o se posa sobre ti,  es una señal de buena suerte, o de que alguien a quien estimas mucho te visitará.

Y es que las mariposas no sólo se cuentan entre los insectos más coloridos y bellos de nuestro planeta.

Pero son esas mismas características, unidas a su peculiar ciclo biológico, las que han estimulado al ser humano a dedicarles una atención preferencial dentro de su ámbito cultural, incluyéndolas en todas sus manifestaciones religiosas y mitológicas.

Así, la mariposa era, entre los antiguos griegos, primeramente un símbolo de la divinidad femenina primigenia, estando relacionada con el sexo.

Posteriormente pasó a ser emblema del alma, y por eso hasta la propia diosa Psyche (Psiquis) era representada con sus alas, y la imagen de Cupido destrozando una de ellas - o quemando sus alas con una  antorcha - expresaba la anulación del alma al ser subyugada por el amor.

Esta misma asociación entre la mariposa y el alma se da también, no tan curiosamente, en Centroamérica, África y en Asia.

Entre los aztecas era el símbolo del aliento vital, siendo plasmada su imagen en los códices.

Se le atribuían poderes mágicos, e incluso se le llegó a otorgar la condición de divinidad (Xochiquetzal, diosa-mariposa del amor).

Pero hasta los aborígenes australianos las consideran como el regreso de las almas de los muertos.

A su vez, los diseños de mariposas fueron muy populares entre la nobleza del Japón medieval, y en la simbología religiosa cristiana aparece en los cuadros de la Virgen y el Niño, significando la Resurrección de Cristo y, ya con un sentido más universal, la de todos los hombres.

Tal significación deriva de sus tres estados (oruga, crisálida y mariposa), símbolos evidentes de la vida, la muerte y la resurrección.

Y es que el paso de la crisálida al vuelo por el aire y a pleno sol constituye una imagen muy adecuada de la resurrección y de la vida eterna.

Pero  la riqueza del simbolismo onírico de la mariposa ha sido también estudiado por las distintas escuelas psicoanalíticas, las cuales interpretan la presencia de este insecto en los sueños como un signo de la emancipación y libertad.

Por sentirse atraídas por la luz, son símbolos del afecto desinteresado y del amor platónico que no espera nada a cambio de sus sacrificios e intereses.

Por todo ello es muy bueno tener alguna imagen representativa de ellas en el hogar, ya que podemos atraer de esa forma la suerte y buena vibra que las caracteriza, y así ayudarnos a mejorar nuestras vidas con algo simple, aunque no por ello menos valioso y mágico...





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