La cigüeña vuela alto, y aun más, muy alto.
De manera que la especie que procede de Siberia y se dirige hacia la India, sobrevuela las cimas del Himalaya a más de 6.000 metros de altitud.
Esta ave pertenece a las llamadas aves zancudas, es decir, provistas de largas patas, cuello largo y casi siempre también un pico largo.
Es, pues, un magnífico animal migratorio, de plumaje blanco y negro, con un pico efectivamente largo y rojo, que en invierno vive en África central y austral, y en verano va hacia la India, como ya hemos dicho, o bien hacia Europa o a los países del Oriente Medio, en función de las especies.
Con un gran poder de adapatación, no tiene ningún problema para anidar en las ciudades, sobre los tejados de las casas y a veces, incluso, en las chimeneas.
Y auqnue en el Levítico (1 1,18-19) se la califica de inmunda, la cigüeña es casi siempre un ave de
buen augurio, un símbolo del amor filial - pues se sabe que alimenta a sus padres en la vejez -, de riquezas y, por supuesto, de fecundidad (concepción).
En efecto, en todo el mundo, muchos cuentos y leyendas la consideran la buena mensajera que anuncia un nacimiento o bien, simplemente, trae ella misma un bebé recién nacido envuelto en un retal de ropa banca que sostiene en la punta de su largo pico.
Esto podría no estar exento de relación con sus hábitos de ave migratoria, cuyo regreso corresponde al despertar de la naturaleza.
Pero en la misma perspectiva y por la misma razón se atribuye a su sola mirada el poder de causar la concepción.
Para los romanos, se trataba de una representación de Juno, esposa de Júpiter, es decir, la Hera de Zeus en la mitología griega.
Así pues, era una personificación del gran principio femenino.
También se la atribuía un simbolismo emblemático referido a los largos viajes.
En los pueblos de oriente, debido a la prolongada vida de la cigüeña, aún hoy simboliza vitalidad y lucidez durante gran número de años.
Es por lo menos el símbolo más corriente de la longevidad, pues se le atribuye el poder de alcanzar una edad fabulosa.
Incluso se piensa que cuando llega a seiscientos años ya no come más, contentándose con beber para vivir; a partir de los dos mil años se vuelve toda negra.
Además, algunos pueblos antiguos la tienen como adversaria del maligno, ya que las cigüeñas exterminan a las culebras y a los bichos que viven entre el lodo, los cuales se cree que atraen hacia sí a las almas de los muertos.
Los árabes festejan la llegada de la cigüeña por coincidir con la terminación de la estación invernal, y le atribuyen un significado alegre, la cigüeña es allí portadora de dicha y gozo.
Se la relaciona, a menudo, con la sabiduría y con la lucidez del conocimiento que se ejercita en la reflexión filosófica, debido tal vez a que mantiene durante su descanso una postura serena y relajada, apoyada sobre una sola pata.
La actitud de estas aves, erguidas, inmóviles y solitarias, evoca naturalmente la contemplación...
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