Era la noche de un día Miércoles de Verano, de hace unos 9 o 10 años atrás.
Mi pareja ese día se había ido para Punta del Este, enviado por la empresa para la que trabajaba, a desarrollar funciones en aquel balneario.
Como me quedé sólo en Montevideo, decidí no cocinar para la cena, sino comprarme una bandeja de pasta pronta en un negocio de comidas, para disfrutarla con un buen vino mientras veía la televisión.
Quizás porque había tomado – como acostumbro - sólo una copa, o porque la salsa de los tallarines estuviera fuerte, fue que me desperté a mitad de la noche, en plena madrugada - aunque no podría decir a qué hora exactamente – muerto de sed!
Decidí que debía ir por un vaso de agua si es que deseaba seguir durmiendo tranquilo, a no ser que quisiera dejar que lo de sentir la garganta seca me terminara desvelando.
Entonces me levanté con la intención de dirigirme a la cocina.
Si bien me llamó la atención el tono plateado que llenaba la habitación, me conformé pensando que serían noches de Luna Llena, y por eso tanta claridad se estaba colando por la ventana.
Fue recién al llegar a la puerta que me entró el pánico al divisar - medio de reojo – el bulto de alguien que, en el medio de la cama de dos plazas que quedaba a mis espaldas, continuaba descansando plácidamente!!!
Imagínense lo que sentí al recordar que no podía ser mi compañero, ya que en ese momento se encontraba a más de 200 kilómetros de allí.
Presa del terror me dirigí nuevamente hacia el lugar de donde había salido, para ver bien de quien se trataba.
Cuál no sería mi sorpresa al comprobar que era YO MISMO durmiendo allí abajo!!!
Nunca me había sucedido algo tan extraño, y en ese momento lo único que se me ocurrió fue que... a lo mejor me había muerto!!!
Si bien ya sabía, por haber leído bastante, acerca de ‘Viajes Astrales’ y pruebas de las que en inglés se conocen como ‘OBE’ (Out of Body Experience – experiencia fuera del cuerpo) nunca antes había sufrido tal cosa, y en ese momento nada de ello me vino a la mente, lamentablemente.
Así que lo único que atiné fue a recostarme sobre mi propio cuerpo, creyendo en mi ingenuidad que quizás de esa forma lograse 'volver a la vida'...
No sé cómo hice, pero de pronto estaba nuevamente en la cama, sintiendo una especie de electricidad que me recorría, a la vez que desplegaba un fuerte sonido zumbante que podía escuchar claramente, parecido al de una radio cuando no ha sido sintonizada en ninguna frecuencia.
Recuerdo haber estado rato intentando en vano abrir los ojos, en pleno ataque de nervios, hasta que logré calmarme y finalmente lo conseguí.
Tengo que además decir que - mientras duró la experiencia - no ví ningún ‘cordón de plata’, tampoco el famoso ‘túnel de luz’, y que no tenía nada que ver con un sueño, ni esa famosa sensación de caída, ni tampoco de volar ni nada de eso.
Fue como si caminara normal, pero puede que si me hubiese contemplado el cuerpo, hubiera notado las diferencias con el físico, aunque en teoría debería ser idéntico, sólo que más sutil.
Lo mismo para el ambiente. Me acuerdo que era igual al conocido, aunque bañado de un color gris platinado, que no me llamó mucho la atención porque, como les comenté, pensé que sólo se trataba de una noche un poco más clara.
Y resulta que ese es el tono en el que parece que todo se ve, al menos en los primeros ‘viajes’.
Lo sé porque, cuando a la mañana repasé mis libros sobre el tema, encontré mucho de lo que había vivido hacía sólo unas horas.
Y a pesar de que en realidad en el momento no fue una sensación muy feliz que digamos, por otro lado enseguida pasé a considerarla una bendición, porque desde entonces todo lo espiritual me dejó de ser una creencia, para transformarse en algo real.
Ahora cada vez que voy a un velorio, por ejemplo, SÉ perfectamente que lo que hay en el féretro es sólo una parte de lo que era la persona, y me imagino que lo demás debe andar por allí o en otro lado.
He escuchado de varios que dicen entrar y salir de sus cuerpos como quien va y vuelve al patio, y no digo que sea mentira, pero siempre me resultó raro, tal vez porque nunca antes me había sucedido, y desde entonces no lo volví a experimentar, aunque les confieso que me encantaría, para poder explotar tan especial condición de una manera más completa, estando más preparado.
Así que esta es mi historia. Ya se las he contado, a riesgo de que me llamen 'freaky' como lo hacen cariñosamente algunos de mis amigos.
Pero es que pienso que a lo mejor es justamente por ello que aconteció: para que diera testimonio!
Me encantaría que me creyeran cuando les digo que aunque es triste la partida de los seres queridos, porque uno igual los extraña mucho, lo seguro es que no están muertos, sino que están más vivos que nunca, y probablemente hasta por cierto tiempo se mantengan comunicados y en contacto, velando por nosotros hasta que los volvamos a encontrar en otros planos.
Esta es sólo una sola de las tantas ‘cosas raras’ que me ha tocado vivir.
Algún día les contaré un par más. Está en ustedes creerme o no, pero les juro por lo más sagrado que es la pura verdad.
Y por favor, si les ocurrió algo parecido, no dejen de compartir su experiencia, para poder compararlas...
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