Comúnmente se piensa que, en la baraja, las cartas que representan a quienes ya han superado los 60 años de edad, son las de los barbados Reyes, por tratarse de figuras aposentadas.
Pues déjenme decirles que en realidad eso no es lo que sucede en las lecturas, porque de hecho la mayor parte de las veces aparecen como Sotas.
Quizás alguien me diga cómo es que esto puede ser, teniendo en cuenta que las Sotas o Pajes son juveniles y muy activos, rebosantes de energía, de sueños e ilusiones, plenos de vida.
Y es que no hay que olvidarse de que el Tarot ve más allá de la apariencia, y para él lo de la edad es mucho más que sólo un par de números.
Lo que nos sugiere al mostrarlos así es que en realidad, si bien a ese nivel naturalmente el enfoque ha cambiado - o al menos así debería ser, si es que se ha estado experimentando cada etapa de la vida en toda su extensión y amplitud -, la conciencia está más atenta que nunca, intentando avanzar en un nuevo ciclo de iluminación.
Entonces, siguiendo su filosofía, será este el momento de transformarse en un niño nuevamente, aunque enriquecido con todo lo que se ha aprendido, lo que se ha podido comprender, la inteligencia que se ha logrado desarrollar, y la inocencia que se ha vuelto a recuperar.
Por eso reconoce inmediatamente a quienes no sólo han envejecido, sino que también han madurado, y que tienen bien claro que ha llegado el tiempo de meditar, de ir entendiendo todo, de prepararse para el final, y de iniciar el camino de retorno a casa, con expectación, alegría, agradecimiento y - sobre todo - sabiduría...
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