Antiguamente se decía que la salamandra era el producto de la fusión entre una serpiente y un dragón, aunque físicamente se asemejase más a una lagartija.
Como símbolo mitológico, su imagen ha sido desde hace mucho utilizada como ícono por varias religiones y cultos, siempre relacionada con la del elemento fuego, aquel que destruye pero también purifica, y por esta última cualidad en el cristianismo se le considera también emblema de castidad.
Por las mismas razones aparece en las cartas del Tarot (suite de Bastos) y en infinidad de amuletos, grabados, pinturas y otras formas de representación, ya que siempre su existencia ha estado rodeada de misterios.
Se la supone capaz de resistir, y hasta inclusive apagar, los fuegos más ardientes.
De acuerdo con una leyenda egipcia, era la guardiana y la protectora de las cosas y las personas, y su naturaleza era tan brava que en vez de mantener alejados a los intrusos, primero los dejaba entrar, y luego los atacaba con furia.
El origen del mito podría estar en su condición de anfibio, ya que como tal vive un tiempo de su vida en el agua, y otro en la tierra (elementos alquímicos), en particulares zonas húmedas del bosque.
Otra peculiaridad atribuida a este animal es su asombrosa (y aparentemente mágica) capacidad de regeneración de miembros amputados, además de la de segregar por su piel una sustancia blanca y espesa, que en contacto con zonas sensibles como boca, nariz y ojos, produce irritación, lo que le da erróneamente la fama de venenoso.
De hecho se llegó a creer que tocarla podía ser fatal, tan letal como los efectos del fuego, que tanto crea como destruye, dando lugar a que pueda crecer lo nuevo.
Así su naturaleza anfibia representa el frío y la racionalidad, que le ofrece el equilibrio a ese elemento, y que como él mismo es capaz de regenerarse cuando alguna de sus partes ha sido herida.
Pero su conexión entre la tierra y el agua es también la capacidad de adaptación a los cambios, y la nunca menos fundamental habilidad de salirse airoso ante las adversidades de la vida...
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elementos de poder en
TAROT de MáXIMO