La falta de perdón es la causa de la angustia más letal, la que impide una vida que se llame vida.
Nos lleva a una mera supervivencia biológica cada vez más deteriorada.
Quien no perdona es un prisionero de sí mismo, de su falsa identificación con el ego herido.
Cuando decidís perdonar, elegís amarte a vos mismo, liberándote de una gran carga de tristeza, angustia, rencor, odio, resentimiento, enojos, y un largo etcétera de emociones destructivas.
El otro puede creer que hizo bien en accionar de tal o cual manera, pero aun así eso no tiene importancia, porque quien importa sos vos.
El perdón significa que aceptás la situación vivida en su totalidad.
Aceptar las cosas como son no significa decirle al otro 'seamos amigos, está todo bien', sino que significa algo más profundo, que es reconocer la brutal ignorancia de su accionar.
Esencialmente, perdonar es ver al otro vacío - como un recién nacido - y comprender que lo que fue adoptando de sus cuidadores primarios, hayan sido madre, padre, tíos, abuelos, etc., fue dañino para él mismo, y por lo tanto accionó de acuerdo con su contenido.
Cuando a una persona la cuidan con amor, con palabras afectuosas que sacan lo mejor de uno, se crea una personalidad sana.
Cuando una persona acciona con violencia es porque fue criada con mal trato, con la sensación de no servir para nada, y eso es lo que proyecta en los demás.
Se dice que quien mata a alguien, ya ha sido matado en su valía internamente.
No valora su vida, y por lo tanto mata externamente.
Pero hay que comprender que las personas no son lo que hacen, sino lo que todos somos mucho más allá de la construcción de nuestra personalidad, y que siempre existe la posibilidad de re-crearnos, re-educarnos, y cambiar el viejo sistema mental a favor nuestro y de los demás.
Por qué cuesta tanto perdonar?
El ego es la falsa creencia de quienes somos.
El ego se alimenta de la desdicha, y entonces no olvida hechos pasados, sino que los recuerda con lujo de detalles, e incluso exagera todo para que la 'víctima' en nosotros sea visible por otros egos carentes de felicidad.
El ego recuerda las heridas, los insultos, las humillaciones, y en cambio olvida lo hermoso que le ha ocurrido en la vida.
El ego no quiere ser feliz porque piensa que si demuestra bienestar, nadie lo va a amar.
La dicha es veneno para el ego!
Ese es su mecanismo, y cuando el ser en nosotros lo observa, pierde su poder y efecto nocivo.
Aceptar que todos hemos sido criados en ignorancia, y ver al otro más allá de su adormecimiento, es comenzar a derribar las barreras que nos separan a unos de otros, y ayudarnos para progresar, madurar y crecer siempre hacia el mayor bien que nos incluya a todos...
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fuente: espiritualidaddiaria.infobae.com