Después de una pena de amor, ya sea por una traición, un desengaño, o un amor no correspondido, se siente un gran dolor.
Entonces se cree que la vida ya no tiene sentido, y se siente que ya no hay razones para seguir existiendo.
Se empieza la carrera por sumirse en una gran depresión, como si esa fuese la solución.
Desaparece el presente, porque uno se ha quedado atrapado en un pasado cruel, donde es mejor lamer las heridas que lastiman, que reconocer lo que sucedió.
Sin embargo, parece que es una agradable sensación sufrir por ellas, y lamentarse por lo que pudo ser y no fue.
Se dice que es imposible volver a creer, porque hacerlo ha traído como consecuencia el sufrimiento por amor, por ello es mejor sumirse en la tristeza, llorar y llorar, y así quizás las lágrimas logren hacer olvidar lo que ha causado tanto daño.
O mejor: Buscar el desahogo en lo que pueda hacer olvidar, como el licor o las drogas.
En todos estos casos resulta peor el remedio que la enfermedad, pues sólo se cambia una adicción por otra.
Por eso, aunque es bueno dejar fluir esas emociones, llorando, gritando, o pataleando, tampoco la solución es permanecer estático en un estado emocional de dolor.
Cuando ya se han liberado esas emociones, y se reconoce lo que sucedió realmente, es hora de reconocerse como el Ser maravilloso que se es.
En él ninguna emoción de placer ni de dolor es necesaria para ser feliz.
Porque ese es el estado innato del Ser, que lamentablemente es confundido con el tener, idenficándose entonces con las situaciones que causan placer o dolor a un cuerpo que sólo está de paso, en un universo físico que nos ha sido dado para que lo adapatemos.
Pero se ha pensado que adaptarnos a él es la única opción, alejándonos inevitablemente del Ser, y con ello de hacer y tener lo que se desea.
De ahí que constantemente se esté buscando satisfacción en lo que los demás nos proporcionan, y cuando no es de esa forma, viene la decepción y el dolor por no lograr lo que se había planeado.
En resumen: Si se quiere seguir como un hamster en la rueda, es decisión propia.
De lo contrario no existe otra alternativa que bajarse de ella y empezar a Vivir realmente.
A comprender que la única persona importante en la Vida somos nosotros mismos, y que no se debe mendigar amor, porque somos Amor.
Mientras no se asuma, acepte y reconozca que la importancia del amor radica en 'amarse a sí mismo' , nunca se sabrá lo que realmente es el Amor...
irreflexiones desprogramadoras en
TAROT DE MáXIMO
fuente: artículo de Nati Rodiguez
para Buenas Tareas (buenastareas.com)