Martín de Porres Velázquez fue un fraile peruano de la orden de los dominicos.
Es el primer santo negro de América, y el patrón universal de la paz.
También es conocido como 'el santo de la escoba' ya que suele ser representado con una escoba en la mano, como símbolo de su humildad.
Nació en Lima en 1579, hijo de un noble caballero español y de una mulata panameña.
Como era de imaginarse, su padre tardó en reconocerlo, pero al final permitió que su hijo llevara su apellido, teniendo de todas formas que partir dejando al pequeño al cuidado de su madre.
Desde niño sentía favoritismo por los enfermos, los desamparados y los pobres, en quienes reconocía sin duda el rostro sufriente de Nuestro Señor.
En 1594, a la edad de quince años, y por la invitación de Fray Juan de Lorenzana - famoso dominico, teólogo y hombre de virtudes -, entró en la Orden de Santo Domingo de Guzmán bajo la categoría de 'donado' (recibía alojamiento y se ocupaba en muchos trabajos como criado).
Así vivió 9 años, practicando los oficios más humildes.
Fue admitido como hermano de la orden en 1603 y en 1606 se convirtió en fraile profesando los votos de pobreza, castidad y obediencia.
Pronto sus virtudes dejaron de ser un secreto.
Su servicio como enfermero y humanitario, se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle.
Hombre de gran caridad, unía a su inagotable oración las penitencias más duras.
Era mucho el amor, eran poco el sueño y la comida, pero lo sostenía la oración, la infinita misericordia de Dios.
Falleció en 1639, pero hasta hoy el pueblo lo ama, y recuerda con mucho fervor sus milagros.
A veces se trataba de curaciones instantáneas, en otras bastaba tan sólo su presencia para que el enfermo desahuciado iniciara un sorprendente y firme proceso de recuperación.
- Yo te curo, Dios te sana - decía Martín, con gran conciencia del inmenso amor del Señor.
Muchos lo vieron entrar y salir de recintos estando las puertas cerradas.
Otros lo vieron en dos lugares distintos a un mismo tiempo.
Todos, grandes señores y hombres sencillos, no tardaban en recurrir al socorro del santo mulato...
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oraciones - invocaciones y novenas en
TAROT DE MáXIMO