En el Tíbet, las montañas a menudo son consideradas el hogar terrenal de las deidades.
Amnye Machen, un pico en el noreste del mismo, es apreciado como la residencia de Machen Pomra, una de las tres deidades más importantes de Amdo, antigua provincia tibetana, hoy llamada Quingai (desde la invasión china).
Con sus más de 6.000 metros de altura, es la elegida para la kora (peregrinación).
Hay una carretera que rodea la sagrada montaña, que en algunos tramos pasa por puertos de más de 4.800 metros de altura, y la lluvia puede convertir el camino en un barrizal.
El aire es puro, aunque cuesta apresarlo con los pulmones, y - cuando el sol se digna a salir de su cueva de nubes - todo brilla como si fuera nuevo!
Y ciertamente lo es, pues la lluvia lo deja todo limpísimo.
A esas alturas hay más yaks (bovinos típicos del lugar) que coches, pero comas las personas de Amdo consideran a Machen Pomra como su amiga especial, igual dan la vuelta al pie de la montaña.
Por su parte, los viajeros tradicionalmente añaden alguna piedra a los cairns (montículos de rocas) en las cimas de las colinas, o pasan gritando 'Lha-gyal-Io: Victoria para los dioses!'.
También se pueden dejar piedras mani, que son rocas talladas con plegarias y otras escrituras, junto con banderas de oración.
En la sencillez y la tranquilidad de esas montañas hay más tranquilidad que en la mayoría de las ciudades del mundo.
Como la práctica del budismo implica ver los fenómenos cotidianos como carentes de existencia real, estar allí es también útil para que quien medita pueda mirar hacia el vasto espacio vacío.
Desde hace más de mil años los tibetanos se han adherido a los valores espirituales y ambientales con el fin de mantener el delicado equilibrio de la vida en el altiplano en el que viven.
Inspirado por el mensaje de la no violencia y la compasión de Buda, y protegidos por las montañas, han tratado siempre de respetar toda forma de vida.
Pero las recientes inundaciones masivas en el subcontinente indio, y en toda China, se pueden atribuir - en gran parte - a la deforestación masiva y la destrucción ambiental que ha seguido a la ocupación violenta de China en el Tíbet.
Como dijo el Dalai Lama:
- Cuando hablamos de preservación del medio ambiente, si nos referimos a la vida silvestre, los bosques, los océanos, los ríos y las montañas, en última instancia, la decisión de actuar debe venir de nuestros corazones. Por lo tanto, el punto clave, es desarrollar un auténtico sentido de responsabilidad universal, no sólo hacia este hermoso planeta azul que es nuestro hogar, sino también a los innumerables seres sensibles con quién lo compartimos...
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