Dicen que los más grandes descubrimientos, aquellos que cambian por completo lo que pensábamos, se realizan por casualidad.
Y fue así como el doctor Antoine Louveau (neurólogo de la Universidad de Virginia) al mirar a través de su microscopio, supo que estaba ante algo grande.
El investigador estaba desarrollando un método para montar meninges - las membranas que cubren el cerebro - de ratón en una sola lámina, con el objetivo de poder examinarlas en el microscopio.
Entonces tuvo su particular momento 'eureka!'.
Nada más mirarlas se dio cuenta de que algo no era cómo debía ser: tenían vasos linfáticos.
Estos son unos canales delgados y diminutos que transportan material de desechos y células del sistema inmunitario (una red compleja de células, tejidos y órganos que funcionan en equipo para defendernos de los gérmenes) en un líquido llamado linfa.
Algo hasta el momento considerado imposible, dado que - como aseguraba un revisión de 2009 - es 'un hecho anatómico indiscutible' que el cerebro es el único órgano que carece de conexión directa con el sistema linfático.
Asíque, después de observar lo que parecían ser vasos linfáticos, Louveau realizó una prueba para comprobar si, en efecto, estaban ante un descubrimiento gigantesco.
Y no cabían dudas.
Lo imposible se había vuelto posible.
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Esta investigación cambia por completo todo el campo de estudio, incluso lo que se creía saber de enfermedades tan importantes como el alzhéimer.
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- En vez de preguntarnos cómo estudiar la respuesta inmune del cerebro, o por qué los pacientes de esclerosis múltiple tiene ataques inmunológicos, ahora podemos investigar el asunto de manera mecánica, dado que al final el cerebro es como cualquier otro tejido conectado al sistema inmunitario periférico, a través de los vasos linfáticos presentes en las meninges - explica el doctor Jonathan Kipnis, que ha colaborado en la investigación publicada en Nature sobre el hallazgo.
- Esto cambia por completo la manera en que percibimos la interacción entre el sistema inmune y el neurológico. Siempre hemos pensado que era algo como esotérico, que no podía ser estudiado científicamente -.
- Para cualquier enfermedad neurológica con un componente inmune estos vasos pueden jugar un importante papel - continúa el doctor.
- Es difícil imaginar que no estén implicados -.
La presencia del sistema linfático en el cerebro plantea un sinfín de preguntas, y cambia por completo lo que creíamos saber de enfermedades tan importantes como el alzhéimer.
- En el alzhéimer se acumulan grandes bloques de proteína en el cerebro - explica Kipnis.
- Creemos que pueden estar acumulándose porque no están siendo retiradas de forma eficiente por estos vasos linfáticos -.
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Cómo es posible que los vasos linfáticos hayan permanecido tanto tiempo desapercibidos?
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Kipnis asegura que los vasos 'está muy bien escondidos', siguiendo el recorrido de un importante vaso sanguíneo que recorre el interior de los senos paranasales, una área que es difícil de explorar.
- Está tan cerca del vaso sanguíneo, que simplemente no te percatas de su presencia - explica el doctor.
- Si no sabes lo que estás buscando no lo ves - reconoce el doctor...
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fuente: El Confidencial(elconfidencial.com)
imagen: A la izquierda el 'antiguo' sistema linfático,
y a la derecha el 'nuevo' sistema linfático
(University of Virginia Health System)
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