En un lugar al noroeste de la república popular China, sobre un paraje salpicado de montañas y abruptos desfiladeros, el mismísimo arcoíris decidió descansar su bello y deslumbrante cuerpo - de tonos y colores brillantes - sobre la árida piel de una zona desierta y lejana.
Así impregnó de mágicos matices una gran extensión de la provincia de Gansu, regalándole a quien tenga la enorme dicha de acercarse, la visión de un espectáculo atípico, surrealista, y de gran interés por su belleza y singularidad, lo que lo vuelve único.
El paraje es conocido como Danxia (montañas sagradas de la cordillera de Dayunwu), que significa 'nubes rosadas', y es un paisaje característico de Zhangye, ciudad que fue punto importante en la ruta de la seda, y cuyo nombre significa 'el brazo', aludiendo a la importancia geográfica de su ubicación, que conecta China con la parte central del continente asiático.
Están formadas por arenisca y además de los colores, la erosión ha creado en ellas extrañas y caprichosas formas.
Todo el parque geológico está adquiriendo fama mundial, y en el 2010 fue declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
La mejor época para apreciarlo es la de las lluvias, cuando al mojarse la tierra, los pigmentos relucen y crean un mundo de fantasía y color digno de cualquier decorado de ciencia ficción o cuento de hadas...
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