Recuerdo un anuncio que salía en la tele a finales del siglo 20, de una iglesia que decía: El hombre del siglo 20 es hombre solo.
Me parece que el hombre del siglo 21 sigue siendo un hombre solo también, y quizás más solo aún, por varias razones sociales, tales como la desintegración de la familia, el desinterés por las personas de edad avanzada, la tecnología, el deterioro de los valores, la falta de confianza, y la violencia generalizada, ante la crisis de las instituciones de justicia.
Las estadísticas de divorcio y hogares rotos son alarmantes, de esta situación hay padres y madres criando a hijos solos.
Los hijos se van del hogar por mayoría de edad, o para hacer sus vidas o estudiar fuera, y queda atrás un padre o madre solo que sufre, lo que se conoce como el síndrome del nido vacío.
Muchas personas en 'la edad de oro', son abandonadas por sus familiares, y se sienten desamparados y solos, carentes de afecto.
La tecnología - como el internet - irónicamente nos acerca a personas de otros países, pero nos aleja de nuestro entorno, y nos aísla de los demás.
La violencia se apodera de la sociedad, que a veces nos obliga a permanecer guardados en nuestros hogares, que de lejos simulan cárceles, por que vivimos encerrados por miedo a salir y que nos pase algo.
La sociedad promueve la soledad que a veces se convierte en un gran mal social, que aqueja a la mayoría de la población de nuestro país y el mundo.
Sin embargo, la soledad es una gran experiencia si no se trata de la sensación de desolación.
La soledad representa una gran oportunidad para que el ser humano mire hacia adentro de su ser, se conozca mejor y pueda enfrentar y vencer sus miedos internos.
Para sentir la soledad como una bendición, primero debemos trabajar con nuestra autoestima.
Tenemos que conocernos mejor, aceptarnos tal cual somos, y amar como somos, con nuestros defectos y virtudes, con nuestras debilidades y grandezas.
Si tú no te amas a ti mismo, la soledad puede representar para ti enfrentarte a un gran vacío existencial, a la nada , y sentir que te devora la ansiedad, el miedo y la angustia.
Hay gente que no soporta el silencio.
Por ejemplo, llegan a su casa y rápido encienden la radio o el televisor, pues el silencio los descontrola.
Pero la realidad es que el silencio y la soledad son dos elementos que te ayudan a manejar tus conflictos y ver tu verdadero corazón.
La ventaja de ello estriba en que la felicidad nace de adentro de ti y no de la gente que te rodea.
Si tú no eres tu mejor amigo, si tú no te caes bien a ti mismo y eres tu mejor compañía, nadie lo va a poder ser, y vas a crear relaciones de co-dependencia, las cuales no son en nada saludables.
Para que tengas una idea, son co-dependientes aquellas personas que han vivido con alcohólicos, drogadictos, jugadores, comedores compulsivos, fanáticos del trabajo, del sexo, criminales, adolescentes en rebelión, neuróticos u hombres o mujeres violentos durante algún tiempo prolongado.
La mayoría de los co-dependientes han estado tan ocupados resolviendo y atendiendo los problemas de esas otras personas, que no han tenido tiempo para ocuparse de sus propios problemas, porque prefieren vivir la vida de otros que la propia vida de ellos.
Pero cierto es que la mayoría de las personas quiere estar sana y vivir sus vidas lo mejor posible.
Y la soledad no tiene por qué ser un martirio en tu vida, si no que puedes usarla a tu favor, como una herramienta de crecimiento espiritual y como una herramienta para conocerte mejor y evolucionar en todos los aspectos.
Existen tantas cosas en las que podemos ocuparnos para manejar la soledad, como por ejemplo:
1- Cultivar la presencia y conexión divina con el creador y sus Ángeles,
2- Apoyar a las personas que se sientan solas.
3- Ser voluntario en hogares de ancianos y/o niños o mujeres maltrados.
4- Aumentar nuestro conocimiento, tomar clases etc.
5- Saber que no estás solo que un Ángel de la guarda te acompaña todo el tiempo.
6- Usar tu tiempo de soledad para orar.
7- Escribir cómo te sientes.
8- Usar el tiempo para desintoxicarte y cambiar las relaciones de co-dependencia.
9- En caso de que lo amerite buscar ayuda profesional.
10- Visitar una Iglesia de tu predilección, hablar con tu Pastor, Sacerdote o Guía Espiritual.
11- Cambiar tu actitud sobre la soledad, verla como una emoción natural que tú puedes controlar y no que ella te controle a ti.
12- Aprovechar la soledad para tu evolución y crecimiento personal y espiritual.
13- Usar la soledad para amarte, quererte, conocerte mejor y aceptarte como eres.
14- Trabaja por tu felicidad y armonía, y en definitiva tu propia vida...
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manual de crecimiento espiritual en
TAROT DE MáXIMO
fuente: artículo de Joyce Pagán
en mariamarin.com