El otro día en una sesión de coaching una clienta me preguntó:
- Cómo hago para amarme?
La mayoría de nosotros sabemos cómo amar al prójimo pero cuando nos toca a amarnos a nosotros mismos, no sabemos ni por dónde empezar.
Somos verdaderos expertos en amar al prójimo.
Le mimamos.
Le sorprendemos.
Le regalamos cosas.
Le cocinamos platos ricos.
Le decimos cosas lindas.
Le escribimos mensajes de amor.
Le tratamos como Rey o Reina.
Le cuidamos cuando está enfermo.
Le damos nuestro cariño, afecto, amistad, comprensión, compañía, etc.
Bueno, no quiero generalizar, pero eso es así en la mayoría de las veces.
Somos tan buenos en el arte de amar el prójimo pero a la vez somos muy principiantes y torpes en el arte de amar a nosotros mismos.
Entonces, cómo hago para amarme?
Cómo hago para tratarme bien?
Cómo hago para mimarme?
Cómo hago para tener detalles conmigo?
Cómo hago para ser mi mejor compañía?
Cómo hago?...
Eso es justo lo que me preguntó mi clienta el otro día.
Ella me confeso que no sabía.
Yo creo que muchos de nosotros tampoco lo sabemos.
Y por eso esperamos que alguien lo haga.
El tema es que el amor que nos dan es proporcional al amor que nos damos a nosotros mismos.
Es ahí donde está el problema.
Nos amamos poco y pretendemos que nos amen mucho.
Si queremos mejorar la calidad de amor que nos dan, tenemos que mejorar la calidad de amor hacia nosotros.
Y si eso es así, desde mi punto de vista, lo tenemos muy fácil.
Piensa en alguien que amas mucho.
Haz una lista muy detallada de todo lo que haces por él o ella.
Una vez terminado.
Empieza a hacer lo mismo por ti.
Cuando te ames de verdad, la forma en que te amen cambiará.
Todo empieza por ti.
Os dejo con un texto muy profundo y bonito que me ha emocionado:
- Eres especial. En todo el Universo no hay nadie como tú. Desde el inicio de los tiempos, no ha existido nadie como tú. Nadie tiene tu sonrisa, tu nariz, tu cabello, tus manos, tu voz. Eres una persona especial.
Nadie ve las cosas exactamente como tú la ves. En todos los tiempos no ha existido nadie que ríe como tú, que llore como tú. Y lo que te hacer reír o llorar nunca suscitará la misma risa o el mismo llanto en otra persona, nunca.
Eres la única persona en la creación de Dios con tu conjunto de habilidades naturales. Siempre habrá alguien que sea mejor en alguna de las cosas en las que eres bueno, pero nadie en el Universo alcanza la calidad de tu combinación de talentos, ideas, habilidades naturales y espirituales.
Como una sala de instrumentos musicales, algunos pueden destacar solos, pero ninguno puede compararse con la sinfonía de la Familia de Dios cuando todos tocan juntos porque Dios coloca a cada uno de los músicos en el arreglo adecuado y perfecto.
Por toda la eternidad, ninguno parecerá, hablará, caminará, pensará o actuará exactamente como tú. Eres especial. Eres. Y toda especialidad es valiosa…
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manual de crecimiento espiritual en
TAROT DE MáXIMO
fuente: artículo de Andrea Sa para
La Nueva Ruta del Empleo
(lanuevarutadelempleo.com)
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