Para la mayoría de científicos, los casos de abducción no merecen un estudio serio, ya que no existe ningún tipo de evidencia física concluyente o significativa que los respalde.
Pero para los investigadores que defienden la existencia del contacto extraterrestre, los testimonios de los abducidos son la mejor evidencia de que somos visitados por entidades alienígenas.
Las opiniones están divididas radicalmente y no es fácil determinar la autenticidad de estos.
Si estos relatos no son producto de verdaderas experiencias, entonces, cómo explicarlos?
La negación del origen extraterrestre de los mismo deja varias preguntas por responder:
Por qué miles de personas en el mundo describen historias similares?
Qué experiencias provocaron estas?
Es una mentira colectiva?
Es la consecuencia de un trauma infantil, alguna otra disfunción mental o problema psicológico?
Un profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard decidió estudiar seriamente el fenómeno de las abducciones extraterrestres, desafiando al paradigma científico, pero terminó siendo el objetivo de las caza de brujas más insólita del siglo XX.
El Dr. Mack se atrevio a desafiar la corriente dominante científica, y pagó bastante cara su osadia.
Su caso nos muestra cómo la ciencia ha pasado a ser casi una religión que no está dispuesta a aceptar que existen casos que no se pueden explicar con sus métodos, y que escapan al paradigma materialista.
John E. Mack (1929-2004) se graduó en la Escuela Médica de Harvard de EEUU en 1955 y continuó su formación en la Sociedad Psicoanalítica de Boston.
En 1977, recibió el Premio Pulitzer en la categoría de biografías por su investigación sobre T.E. Lawrence (Lawrence de Arabia) titulada Un príncipe de nuestro desorden.
En los años ochenta, Mack estuvo involucrado en protestas contra pruebas nucleares en Nevada, estuvo en el Líbano tratando de apoyar los procesos diplomáticos, y fundó varios centros psiquiátricos para niños con problemas.
Su primer contacto con el fenómeno de la abducciones ocurrió en 1989, cuando era profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard, y llevaba más de cuarenta años ejerciendo.
En ese entonces, un amigo suyo le contó que un escultor neoyorkino llamado Budd Hopkins (1931-2011) tenía casi una década investigando seriamente los casos de abducción.
El Dr. Mack relata el episodio en una entrevista:
- Cuando, en el otoño de 1989, un psicólogo amigo mío y un colega me ofrecieron presentarme a Budd Hopkins (cuyo nombre no me era familiar) describiéndolo como un artista que se tomó en serio los relatos de los abducidos, yo descarté la idea, asumiendo que ambos, Hopkins y los abducidos, compartían algún tipo de delirio o aberración mental. Cuando, por curiosidad, visité a Hopkins el 10 de Enero (una de esas fechas que tienden a ser recordadas) quedé impresionado con su sinceridad, profundo conocimiento y verdadera preocupación por los abducidos, quienes habían sido incorrectamente diagnosticados e inapropiadamente atendidos por profesionales de la salud mental.
Pero lo que más me afectó fue la consistencia en los detalles de los relatos, de diferentes individuos de distintas partes del país, que no tenían cómo comunicarse entre ellos, y cuyas historias emergían con dificultad acompañadas por emociones angustiantes -.
Para ese entonces, Hopkins había publicado dos libros sobre abducciones, Missing Time (Tiempo perdido) e Intruders (Intrusos), y era una especie de autoridad en el tema.
El fenómeno de las abducciones se había popularizado en 1966 con la experiencia de los esposos Barney y Betty Hill ocurrida en 1961.
Si bien la abducción de los Hill no es la mas antigua - ya que más adelante se descubriría la abducción de Antonio Villas Boas de 1957 -, sí fue la primera en tener una masiva cobertura mediática.
En los últimos años, Budd Hopkins ha declarado que él tiene registro de abducciones sucedidas alrededor de 1920.
Es oportuno detenerse en la experiencia de los Hill porque, de alguna manera, representa el prototipo de la experiencia que comúnmente denominamos 'abducción'.
La pareja relató que una noche de 1961 vieron un ovni mientras conducían de New Hampshire a Montreal.
Lo extraño fue que los Hill no recordaban lo que habían hecho durante las dos horas posteriores al suceso.
Meses después, Barney empezó a sufrir de insomnio, y Betty comenzó a experimentar pesadillas nocturnas.
Alrededor de 1963, los Hill se contactaron con el Dr. Benjamín Simon.
El Dr. Simon examinó a la pareja y no encontró ninguna enfermedad psiquiátrica además de las ansiedades relacionadas con el suceso.
Pero a través de la hipnosis, Simon fue capaz de reconstruir lo que les había sucedido durante las horas perdidas.
Los Hill reportaron haber sido extraídos de su vehículo por pequeños humanoides grises, con ojos inusuales, que se comunicaban telepáticamente.
Estos seres llevaron a los Hill, contra su voluntad, a una nave.
Dentro de la nave, los colocaron en una mesa y les hicieron varios exámenes, al parecer, relacionados con sus órganos reproductivos.
Al inicio, los Hill se negaron a creer la experiencia y luego la aceptaron.
Con el paso de los años y gracias a las investigaciones de autores como Hopkins, Bullard, Jacobs, Rodeghier y Spanos, entre otros, el mundo descubrió que existían miles de casos como el de los Hill, y que muchos de ellos habían sucedido en comunidades nativas de Brasil, Australia, Estados Unidos, Sudáfrica, o Malasia.
Luego del primer encuentro con Budd Hopkins, el Dr. Mack se interesó en el tema y decidió reunirse con algunos de los abducidos, para escuchar directamente sus relatos:
- Quedé impresionado por la consistencia de sus narraciones, y también con la ausencia de alguna enfermedad mental o disturbio emocional evidente que no fuese la secuela traumática dejada por las abducciones mismas. No había una explicación aparente para los reportes de abducciones. Sentí que este grupo de gente necesitaba comprensión y ayuda y reflejaba un misterio más allá de un puro interés clínico. Entonces, decidí yo mismo trabajar sobre las experiencias de abducción -.
El lado humano del fenómeno, que no había sido considerado seriamente hasta ese momento, fue lo que más le impactó:
- Para mí, uno de los aspectos más poderosamente consistentes de esto es la manera temblorosa en la que estas personas vienen a verme. Ellos vienen a mi muy asustados pensando que o serán considerados como locos, porque lo que han experimentado no encaja con la realidad común, o no se les considerara locos y tendrán que enfrentar el hecho de que estas experiencias son reales, con lo que eso significa para su visión del mundo, para su futuro y para sus vidas -.
Para Junio de 1992, el Dr. Mack había estudiado a más de 56 casos de abducción, de los cuales 41 presentaban el criterio básico de una abducción completa: recuerdos - con o sin hipnosis - de haber sido llevados, contra su voluntad, a un lugar extraño, y por pequeñas criaturas humanoides que los sometieron a procedimientos médicos y quirúrgicos, en la mayoría de los casos humillantes.
De estas 41 personas, 24 eran hombres y 17 mujeres.
Entre ellos habían dos niños de menos de ocho años de edad.
Para él estaba claro que estas personas no padecían de ningún enfermedad mental, y que además, no estaban mintiendo:
- Lo que he hecho toda mi vida es aprender a realizar discriminaciones clínicas psicológicas. Es una alucinación? Es una experiencia real?Es un sueño? Y el fenómeno de las abducciones se comporta como una experiencia real! Primero está el detalle más familiar, que es un evento traumático en el que una luz azul o algún tipo de energía paraliza a la personas, sea en su casa o manejando un carro. La persona no se puede mover. Luego sienten que son extraídos de dónde están. Flotan a través de una pared o de un carro, son elevados en un rayo de luz hacia una nave en la que son sometidos a una serie de procedimientos: los seres los observan, toman muestras de su cuerpo, introducen objetos en su cuerpo y realizan un complejo proceso en el que toman muestras de esperma del hombre y extraen óvulos de la mujer. Luego, con esas muestars, crean un tipo de hibrido que los abducidos volverán a ver en las siguientes abducciones -.
Tambien encontró, como otros investigadores, que algunos casos tenían un fuerte componente sexual, y que algunos de los abducidos presentaban una característica singular: decían tener una doble identidad.
Estos relataban que durante las experiencias podían sentir que tenían una parte humana pero que también tenían una parte que era igual a estos seres, y que debían aceptarla.
Por todo esto, las conclusiones a las que el Dr. Mack llegó luego de las largas sesiones de hipnosis y entrevistas realizadas a los abducidos son simples pero contundentes:
- Las experiencias relatadas, que en la ausencia de evidencia física más robusta son la información más importante que tenemos, sugieren que los abducidos han sido visitados por algún tipo de inteligencia extraterrestre que los ha impactado física y psicológicamente. Es más, esta conclusión encaja tan bien con los datos que yo y otros investigadores hemos recogido, que me queda una duda. Me pregunto si esta posibilidad sería rechazada tan vigorosamente si el fenómeno no violara nuestra visión científica del mundo y el control implícito de nuestro medio ambiente que eso conlleva -.
Pero con ellas Mack había cometido una herejía ante la 'Iglesia de la ciencia'.
Un profesor de Harvard se había atrevido no sólo a estudiar seriamente el fenómeno de los abducidos, sino tamién a afirmar que estos no estaban locos ni mentían, sino que estaban diciendo la verdad.
Él insistía:
- Estamos tratando con un fenómeno que podría no originarse en nuestra realidad física pero que penetra en ella y se manifiesta de diferentes formas. Este concepto es, de alguna manera, revolucionario y difícil de comprender dentro de nuestra visión secular moderna del mundo. Sin embargo, mis experiencias con los abducidos me empujan hacia esta conclusión -.
Sin embargo, nunca habló de razas extraterrestres o de encuentros de alienígenas con el gobierno norteamericano, ni siquiera elaboró nada sobre los verdaderos motivos detrás de las abducciones.
Su único objetivo fue presentar una investigación realizada desde la psiquiatría, para determinar la autenticidad de los relatos y experiencias de los abducidos.
Trataba de decirle a los científicos que las abducciones eran reales, que era importante estudiarlas y que para comprenderlas y analizarlas tenían que abandonar su paradigma:
- Nunca diría, sí, hay extraterrestres llevándose a la gente, yo diría que aquí existe un poderoso y convincente fenómeno que no puedo explicar de otra manera. La idea de que podemos ser afectados por algún tipo de entidad, criatura o inteligencia que puede realmente entrar en nuestro mundo y producir efectos físicos y emocionales, no era parte de la visión del mundo que me habían enseñado. En realidad, llegue a regañadientes a la conclusión de que estas experiencias eran un verdadero misterio. En otras palabras, hice todo lo que pude para descartar otras posibilidades.
Se dice ha menudo que soy un creyente y que he perdido mi objetividad. No estoy de acuerdo porque aquí no se trata de creer o no creer. Yo no creía en nada cuando empecé y realmente no creo en nada ahora. He llegado a donde he llegado de manera clínica. En otras palabras, he trabajado con gente por cientos de horas y he sido tan cuidadoso como he podido en mi trabajo para escuchar, tamizar y considerar explicaciones alternativas. Nadie ha encontrado una explicación alternativa en un sólo caso de abducción. Cualquier teoría que trate de aproximarse a esto como un fenómeno generado puramente por la mente de la misma persona, que es una teoría un poco arrogante porque significa que no podemos aceptar la idea de que podría existir otro tipo de inteligencia involucrada en esto, tiene que tomar en cuenta cinco factores. Uno: la consistencia de las historias entre persona y persona (esto no se puede obtener simplemente estimulando los lóbulos temporales, las respuestas serían muy diferentes entre persona y persona). Dos: aparte de la abducciones mismas, no hay nada en la experiencia de vida de estas personas que pueda haber generado esto (no existe ninguna condición mental que pueda explicar este fenómeno). Tres: hay que tomar en cuenta el aspecto físico (los cortes y otras lesiones encontradas en los cuerpos de los abducidos no siguen un patrón como los estigmas asociados con la agonía de Cristo). Cuatro: la fuerte asociación con ovnis, que a menudo son vistos en la comunidad y por los medios de comunicación, independientemente de la persona que haya experimentado la abducción (puede no haber visto al ovni del todo pero que al día siguiente lee en el diario o ve en la televisión que un ovni pasó cerca del lugar en el que sucedió su experiencia). Cinco: el fenómeno ocurre en niños pequeños de dos años, de dos años y medio y de tres años. Cualquier teoría que simplemente atribuya este fenómeno a la actividad del cerebro, no toma en cuenta al menos tres de estas cinco dimensiones fundamentales del fenómeno! -.
Y una vez más defendía:
- El fenómeno nos pide que nos abramos a realidades que simplemente no están en el mundo físico literal y que consideremos la posibilidad de que existen otras realidades no vistas. Los procesos de aprendizaje que la humanidad ha mantenido a través de cientos de años pueden ser los culpables de que nuestra conciencia haya perdido la capacidad de percibir y comprender estas realidades -.
Pero de todas formas la prensa lo criticó y se burló de sus investigaciones, y nunca hubo nada que pudiece hacer para evitar que rápidamente fuera definitivamente marginado por toda la comunidad científica a la que otrora había pertenecido...
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fuente: artículo de Alan Brain para Los
Divulgadores (losdivulgadores.com)