La palabra Elemento se refiere al estado de la materia (o sea, sólido/Tierra, líquido/Agua, gaseoso/Aire, ígneo/Fuego) o a las fases de la materia (como en el caso de los cinco Elementos Chinos), más que a los propios elementos químicos de la ciencia moderna.
Así, los cuatro Elementos clásicos griegos datan de los tiempos presocráticos y perduraron a través de la Edad Media hasta el Renacimiento, influyendo profundamente en la cultura y el pensamiento europeo.
Los estados de la materia según la ciencia moderna, y - en menor grado - la Tabla Periódica de los Elementos y el concepto de combustión (fuego) pueden ser considerados sucesores de aquellos modelos tempranos.
En el Tarot la suite - o palo - de Oros (diamantes o monedas) es tradicionalmente asociada con el Elemento Tierra, es decir con lo material, con aquello que podemos percibir por los cinco sentidos naturales.
Por eso no es raro que también se les llame Pentáculos, en alusión a lo mismo.
Es sobre esa Tierra que se asientan el resto de los Elementos, por lo tanto es a su vez el fundamento y equilibrio para todos ellos.
Así la Tierra (Oros) equilibra el ímpetu del Fuego (Bastos), la racionalidad del Aire (Espadas) y la emotividad del Agua (Copas), para poder realizar acciones productivas con todas ellas.
Las cartas de Oros nos hablan de los bienes y ganancias fruto de nuestros esfuerzos.
Por eso sus figuras (Rey, Reina, Caballero y Sota de Oros) representan a las personas que reaccionan de manera racional y meditada para conseguir sus propósitos.
Son trabajadores y constantes, con gran capacidad para dar forma a todos sus proyectos...
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TAROT DE MáXIMO
imagen: 7 of Coins (Legacy of the Divine Tarot)
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