El trigo simboliza el paso del estado salvaje, cuando el hombre todavía no se había hecho sedentario y vivía de la caza, de la pesca, y de recoger frutos silvestres, a la dominación de la naturaleza, su control y gestión de un modo más sostenible.
Ese fue un acontecimiento considerable para la humanidad.
Por aquel entonces se pasó del paleolítico (paleo = antiguo) a una nueva era, el neolítico (neo = nuevo).
Por primera vez, la especie humana actuaba sobre la naturaleza y el medioambiente, para mejorar rotundamente su subsistencia, y regularizar la producción en su beneficio.
Y es que el cultivo del trigo nada tiene de espontáneo, sino que sólo cuanto más se esmera uno, más produce.
Requiere programar las cosechas, seleccionar las semillas y las tierras, labrarlas, proteger los cultivos de otros elementos naturales, quitar las 'malas hierbas', etc.
Parece transmitir un sentido moral a la labor humana, transcendiendo incluso el aspecto físico hacia valores espirituales.
Después de cosechar el trigo, todavía se tienen que seleccionar los granos, hacer la harina y transformar esta en pan o demás alimentos.
Es como una obra alquímica basada enlos 4 Elementos: Producido en la Tierra, se le añade Agua (y ocasionalmente levadura), luego se deja que suba (Aire) y al final se utiliza el Fuego para cocer la pasta... un verdadero tratamiento mágico!
Pero pensemos también en el símbolo de la semilla.
Sin sembrar no se puede cosechar.
Si el trigo no 'muere' - y se mantiene putrefacto en la tierra -, su semilla no dará paso a una nueva planta, una nueva vida vegetal.
Recordemos en ese aspecto el culto a Deméter - en la antigua Eleusis - y las celebraciones dedicadas a Ceres - en Roma -, las famosas 'fiestas de la cosecha'.
Plinio decía que durante el invierno los incipientes plantones de trigo se nutren de la tierra.
Cabe comprender que aquí se trata no tanto de un mecanismo de absorción ordinario, sino de una acción aérea casi etérea en el sentido antiguo de la palabra, ligada a la naturaleza sutil del medio.
La labranza y el sembrar inician un calendario laboral con el que el hombre dependerá constantemente del ritmo de la tierra, y seguirá las temporadas.
Como lo canta Ricardo León en el Amor de los Amores:
- Yo he visto las yuntas perezosas labrando la besana,
y hender la reja el húmedo terruño,
y caer, como una lluvia de oro, la simiente;
he visto verdear la mies y encorvarse al batir el viento y madurar al sol,
caer al filo de las hoces, yacer agavillada en los surcos,
bambolearse en los carros gemidores y desbordarse en las eras,
crujir bajo los trillos, molerse en la aceña, tostarse en el horno,
convertirse en blanquísima hogaza -.
O como dice Paul Claudel:
- En mi alrededor, tan sólo veo oro por todas partes, el color de la cosecha...
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simbología asociada en
TAROT DE MáXIMO
fuente: Espiritualidad Cristica
imagen: The Empress (La Emperatriz)
del Incidental Tarot