No hay nada justificable en el caso que se presentó en la estadunidense Ciudad de Manassas (Virginia) en el 2014, en el que las autoridades obtuvieron una orden judicial para obligar a un chico de 17 años a tener una erección, y fotografiarlo como evidencia.
La misma - que se habría obtenido al forzar al chico a aplicarse una inyección para inducir a una erección (sí, un abuso absoluto) - fue solicitada para compararla con un video por el que se acusaba al menor de sexting contra su novia de 15 años (le habría enviado imágenes de sus genitales) .
Después de un torrente de críticas mediáticas, el departamento de policía de Manassas anunció que no llevaría a cabo el procedimiento, con toda razón.
Sin embargo - y esto es crucial - la orden fue concedida, haciendo legal para la policía el obligar a un chico a tener una erección, y a sacarle fotos.
El acceso a reproducir una fotografía ilícita de un adolescente, se basa en una lógica enferma en la que la ley se exime de su agencia moral y se muestra como una máquina hambrienta por condenar.
Ser forzado químicamente a tener una erección enfrente de un grupo de policías debería ser un acto condenado al círculo más profundo del infierno, no una idea concebida por una fiscalía judicial.
Y mientras el caso parece inusual (y ciertamente cruel), no es el único como ejemplo de coerción persecutoria.
El chico de 17 años, técnicamente, sólo tenía otra opción: En penitencia por sextiar a su novia también adolescente, elegir apelar a dos cargos de delitos graves en un tribunal de menores, por supuesta fabricación y distribución de pornografía infantil - y ser encarcelado hasta que cumpliera 21 años, y - si un juez así lo decidía - ser puesto en un registro de agresores sexuales de por vida.
O sea que era declararse culpable de cargos graves por agresión sexual, o alegar contra esos delitos pero dejar que las autoridades le inyectaran el pene para tomarle fotos.
Evidentemente, estaba entre la espada y la pared!
Este caso de Virginia es particular de un sistema en el que llegar a un acuerdo con los acusadores, y aceptar la etiqueta de 'delincuente' o 'criminal', es por lo que va la gran mayoría de los acusados.
Cerca del 95% de los casos criminales en Estados Unidos, terminan en un acuerdo antes de ir a la corte.
El sistema legal está hambriento de condenas fáciles.
Las leyes de sentencia anticipada no son más que la constatación de que para los acusados, en muchos casos, un veredicto de 'no-culpable' en una corte es un riesgo demasiado alto como para rechazar un acuerdo previo con la fiscalía.
A menudo, aquellos que exigen un día en la corte, y se niegan a un acuerdo previo, son castigados.
En otro caso, el programador informático Aaron Swartz luchó contra la presión acusatoria para apelar a un cargo por delitos graves informáticos (por descargar artículos académicos!).
Podía haberse enfrentado a décadas de prisión por arriesgarse a llevar su caso a las cortes.
En cambio, terminó por ahorcarse a sus 26 años.
El día después de su muerte, su familia publicó una carta denunciando 'un sistema de justicia penal plagado de intimidación y extralimitación'.
En el de Virginia asistimos a otra extralimitación perversa por parte del sistema judicial.
Un adolescente podría haber sido obligado a declararse 'criminal' y 'delincuente sexual', o apelar el cargo a costa de soportar un abuso total por parte de la policía.
Nadie está sugiriendo que lo que hizo el chico de 17 años esté más allá de lo censurable.
De acuerdo con la policía, el adolescente había enviado en repetidas ocasiones imágenes ilícitas, aún después de que se le pidiera que se detuviera.
El término sexting es quizá muy frívolo para capturar el daño potencial que puede causar un contenido explícito indeseado.
- Hay que tomarse cada caso en serio - dijo John Shehan (del Centro Nacional para niños desaparecidos y explotados) al Washington Post.
- Pero tienes que mirar los diferentes escenarios. No creemos que una política general que le cobre todo a los jóvenes vaya a solucionar el problema. Parece indiscutible señalar que ningún problema puede solucionarse produciendo más imágenes sexuales explicitas de adolescentes, ni obligando a un chico a padecer un procedimiento traumatizante para obtener pruebas. Ni tampoco obligándolo a adoptar una vida con la etiqueta 'delincuente' o 'agresor sexual'. Tal justicia solo produce más heridas - agregó.
Al final, la policía de Manassas declaró que no es su política 'autorizar procedimientos invasivos de investigación para sospechosos en casos de esta naturaleza', y que este caso no marca un cambiaría la misma, por lo que el chico no tuvo que forzar una erección para que las autoridades efectuaran un detenido examen.
Pero eso no quita lo significativo de que un tribunal encontrara aceptable otorgar una orden judicial para practicar un procedimiento tan cruel y coercitivo...
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fuente: artículo Only a Cruel Prosecutorial System Would Force
a Minor to Show His Erection to Cops, publicado por Natasha
Lennard en VICE NEWS (news.vice.com)
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