A orillas del hermoso río Osun, en la ciudad de Osogbo, en Nigeria, encontramos una de las más bellas joyas de la antigua cultura yoruba.
Es el Bosque Sagrado de Osun-Osogbo y se considera la mismísima morada de Osún (u 'Ozún', que es la misma Oshum u Oxum de las versiones americanas derivadas), diosa de la fertilidad en el panteón de la etnia, y por eso un lugar tan especial.
Pero además es uno de los últimos residuos de bosque primario subsistentes en el sur del país, y el único que queda de la cultura yoruba, y por eso a la vez el símbolo de su identidad.
Antiguamente, y siguiendo la tradición ancestral, todas las ciudades tenían una de estas florestas en sus alrededores, pero fueron desapareciendo a causa de la expansión y el desarrollo de las metrópolis.
Sin embargo, y felizmente, Osun-Osogbo ha sido protegido por los yoruba, y en el 2005 fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Como ya se dijo, Osun es una figura muy importante en la mitología local, pero no sólo por lo que respecta a la fertilidad, sino también porque se le atribuyen las facultades que ayudaron a la ciudad a establecer su poder en la región.
Y es por ello que el bosque está repleto de ofrendas en su nombre - que también es Oso-Igbo - así como santuarios, obras de arte y esculturas...
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