Durante milenios, el sueño de hechiceros, magos y alquimistas, ha sido el de encontrar el elixir de la eterna juventud.
Y leyendas llegadas de los rincones de la tierra hablan de ríos, fuentes, árboles, frutos y pócimas con poderes para rejuvenecer a los hombres.
En Babilonia ya se consideraba el agua como símbolo de la vida, por su poder curativo y fertilizante.
Se decía que la fuente y manantial de toda el agua se encontraba en el Golfo Pérsico, y este fue en remotos tiempos personificado como Era, 'el de la casa del agua', dios de las aguas dulces que surtía las corrientes, canales y ríos.
La Fuente de la Vida, de la Juventud o de la Inmortalidad está también muy entremezclada en su mítico origen con el Río de la Inmortalidad y el Árbol de la Vida.
Pero su misión, a diferencia del Río de la Inmortalidad, no era la de conceder dicha inmortalidad al hombre, sino renovar su vigor, rejuvenecerlo.
Sin embargo, ambos mitos - al extenderse por el mundo -, se confundieron y complementaron.
Muchas de la Fuentes de Vida tienen, sin embargo, este nombre sólo en boca de los europeos, mientras que muchas de ellas son conocidas por los nativos sencillamente como aguas medicinales o curativas, como se vio en la Conquista de América.
Fue la tradición traída por los europeos la que les dio el cariz que ellos querían inconscientemente que tuviesen.
La existencia de estas aguas curativas, se piensa, pudo haber sido el origen de la leyenda tanto en la India como en la Florida.
Versiones históricas afirman que el Español Ponce de León descubrió la Florida buscando justamente las mismas.
Los rumores de la época insistían en que esta existían y que posiblemente se encontraba en ese lugar localizado en el Norte de América.
Pero han sido los científicos japoneses quienes descubrieron hacia a finales del siglo XX, que al separar - mediante el uso de electricidad - los iones del agua (H2O), obtenían dos clases distintas de la misma: una muy rica en oxígeno y otra con menos contenido del mismo.
A la primera la llamaron alcalina (por su elevado pH) y a la otra ácida.
El agua natural (neutra) tiene un pH de 7.
Se puede decir entonces, que el agua alcalina es un agua rica en oxígeno por su elevado pH, superior a 7.
Luego confirmaron que el consumo de dicha agua ayuda al organismo a eliminar los deshechos ácidos, que produce el proceso natural de la digestión.
Si estos deshechos no se eliminan de manera rápida, hacen que el pH de la sangre se altere creando así todo tipo de problemas.
Comprobaron que al tomar entre 5 y 6 vasos de agua alcalina diariamente, el organismo preserva su equilibrio al mantener la sangre ligeramente alcalina, que es su estado natural.
El agua alcalina producida por el proceso de ionización requiere del uso de un ionizador que los Japoneses inventaron y que hoy se comercializa en todo el mundo.
Pero en 1996, el científico americano Sang Whang, de origen Coreano, descubrió un concentrado de minerales alcalinos que produce agua alcalina sin necesidad del ionizardor, logrando con ello que el agua alcalina pueda ser tomada en cualquier lugar y momento...
También puedes alcalinizar el agua de forma casera, usando limones.
Los limones son aniónicos, así que cuando tomas agua con limón, tu cuerpo reacciona a las propiedades de esta fruta y hace que el agua sea alcalina a medida que la digieres.
Llena una jarra (64 onzas) con agua limpia.
Lo más recomendable es usar agua filtrada, pero si no tienes un filtro, la de la llave estará bien.
Corta un limón en 8 trozos.
Añade los limones al agua pero no los exprimas, simplemente ponlos en el líquido.
Cubre el agua y déjala reposar a temperatura ambiente toda la noche, entre 8 y 12 horas.
Luego de eso ya estará lista para ser consumida...
--------------------------------
simpatías y otras fórmulas esotéricas en
TAROT DE MáXIMO