Los orígenes históricos del Tarot son oscuros y difíciles de pesquisar, y existen varias hipótesis acerca de la introducción en Europa del mismo.
Pero quien dejó la primera referencia documentalmente confiable sobre la existencia de este fue un monje alemán afincado en suiza: El padre Johanes.
En un manuscrito del año 1337, este religioso se refiere a la aparición en el continente de un juego de cartas que servía 'para enseñar a los nobles y educar al pueblo'.
Declara ignorar quién es el inventor del juego, pero señala que se trata de un mazo compuesto por setenta y ocho cartas, lo que podría ser la primera referencia al Tarot reuniendo una cantidad de naipes idéntica a la que ha poseído desde que se conoce como tal.
Y esa conformación se da recién a mediados del siglo XVIII, con el Tarot de Marsella.
Este fue el primero que se pudo reproducir en serie, usando el sistema de estampación con moldes de madera.
Desde entonces hubo un gran interés por el Tarot, lo que pasó a expresarse en los trabajos de varios especialistas en esoterismo - como Gérard Encausse, alias Papus (creador del Tarot de los Bohemios) - quienes buscaban estudiarlo y explicar sus orígenes.
Eran casi todos ellos relacionados con la masonería, y quienes trataron de demostrar la relación entre aquel y la cábala, y también con el simbolismo egipcio.
Antoine Court de Gébelin, clérigo y francmasón, fue quien publicó Le Monde Primitif, la primera obra que relaciona el simbolismo religioso antiguo con las claves representadas en este.
Los mazos conocidos como Tarot Egipcio son creaciones basadas en los trabajos de Court de Gébelin y Jean-Baptiste Alliette (Etteilla).
Este último era un ocultista francés que trabajó como adivino en los albores de la Revolución Francesa, y que basándose en los trabajos del primero popularizó y divulgó la práctica del Tarot.
Otro de los más notables e influyentes estudiosos de las cartas, fue Eliphas Levi (Alphonse Louis Constant) que también era francmasón.
En 1861 publicó su libro Dogma y Ritual de Alta Magia, donde realizó asociaciones que tuvieron mucha repercusión posterior.
Asignó a los veintidós arcanos mayores una de las veintidós letras del alfabeto hebreo, estableciendo la relación de aquellos con el Árbol de la Vida cabalístico y los veintidós senderos que unen entre sí a las diez sefirot.
Mención especial merece Oswald Wirth, masón que es ampliamente conocido como autor de los libros de instrucción de los tres grados de la masonería azul.
Menos conocidos son sus libros El Tarot de los Imagineros de la Edad Media, el Simbolismo Astrológico y El Simbolismo Hermético y su Relación con la Alquimia y la Francmasonería.
Pero sin embargo, estos son de extraordinario contenido y riqueza simbólica, y bien valen la pena ser considerados por cualquier interesado en profundizar estos temas.
Fue el primero de los esoteristas serios en asignar un origen medieval al Tarot ante los que lo consideraban egipcio.
Continuó estudiando el simbolismo de los colores y en 1937 publicó una nueva versión coloreada del mismo.
Por otro lado, en Inglaterra, donde también se había experimentado un auge de las doctrinas esotéricas, se creó a finales del siglo XIX la hermandad ocultista conocida como la Golden Dawn (Alba Dorada).
En ella, además de los estudios sobre magia, se crearon mazos con características propias, entre ellos el que va junto con intrincado Libro de Thoth del polémico Aleister Crowley, y el hoy tan conocido - como inspirador de los mazos modernos - mazo Rider-Waite.
Las ilustraciones de este último fueron realizadas por la dibujante británica Pamela Coleman Smith, que bajo la supervisión del ocultista de origen estadunidense Arthur Edward Waite, consiguió imprimir en los arcanos una fuerza visual que habla por sí sola...
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información sobre el Tarot en
TAROT DE MáXIMO
fuente: artículo Orígenes del Tarot, publicado por Jorge
Mendoza Vester, en Ecovisiones (ecovisiones.cl)