Cuenta la leyenda que Deméter era la diosa de la agricultura y vivía alejada del Olimpo, entre la naturaleza, y cuidaba mucho a su hija Perséfone.
La joven crecía entre las ninfas y otras doncellas, felizmente rodeada de plantas y flores.
Un día Perséfone estaba recogiendo narcisos cuando de repente Hades, el dios del inframundo (donde habitan las almas de los muertos), emergió de una grieta en el suelo y se la llevó a sus profundidades, para hacerla su esposa.
Deméter la buscó desesperadamente por nueve días y por nueve noches, con una antorcha en cada mano, y por descuidar sus tareas de diosa de la agricultura, la tierra se volvió estéril y marchita.
Al décimo día Helios (Apolo), dios del sol que todo lo ve, le confesó quien se la había llevado.
Por su parte, Zeus (rey y padre de todos los dioses del cielo) no pudo soportar seguir viendo a la tierra agonizar, y obligó a Hades a devolver a Perséfone, enviando a Hermes para rescatarla, pero poniendo como única condición que aquella no probara bocado en todo el trayecto de salida.
Pero el dios de las tinieblas la engañó, tentándola para que comiese seis semillas de una granada - el fruto de los infiernos - convirtiéndola así en reina del inframundo, y obligándola a regresar cada año, un mes por cada grano comido.
Otra versión cuenta que se llegó a un acuerdo: una parte del año Perséfone la pasaría con su esposo en la oscuridad, y el resto con su madre, sobre la faz del mundo iluminado.
Y así, mientras que al descender la muchacha - a encontrarse con su sombrío marido - la desolación de su madre se demuestra en la tristeza del otoño y del invierno, cuando regresa con ella su felicidad es evidente en la renovación de la tierra, de las flores y los frutos, tal como es presentado en el arcano La Emperatriz del Tarot.
Es el momento en que la naturaleza canta que ha vuelto la primavera...
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mitología asociada en
TAROT DE MáXIMO