Al igual que tú llevas dentro sentimientos ocultos al mundo, las matrioskas o muñecas tradicionales rusas (a veces también llamadas mamushkas o babushkas, diminutivos de la palabra mamá) guardan en su interior, como si de un secreto se tratase, otras de igual hermosura e importancia.
A veces las interiores son iguales entre sí, pero pueden diferenciarse en la expresión de su rostro o en el receptáculo que sostienen.
Pero lo más sorprendente es que su origen no es siquiera ruso, suponiéndose en realidad inspiradas en muñecas similares traídas desde Japón, allá por 1890, que es cuando comenzaron a aparecer.
Hay algunas referencias que adjudican su creación al artista Serguei Maliutin, que trabajaba en un taller de artesanías en Abramtsevo (al norte de Moscú), el cual supuestamente habría visto un juego de muñecas japonesas de madera representando a las siete deidades de la fortuna - o Shichi fukujin -, en el cual aparecía tallado el dios principal de la rama, Fukurokuju, conteniendo en su interior a las otras deidades.
Otra versión - más de 'realismo mágico' - cuenta que un espléndido trozo de madera se le apareció al artesano en una fría y húmeda mañana de crudo invierno, y que luego de esculpir la muñeca decidió quedársela en vez de venderla, poniéndole de nombre simplemente Matrioska ('Muñeca'), pero esta luego le pidió que le hiciese otra para acompañarla, a la que sacó de su misma madera y llamó Trioska, la que después pidió a Oska y por último tuvo que hacer a Ka, a quien le puso un par de bigotes diciéndole (pues al ser este tan pequeño no tendría suficiente madera que sacarle): 'Tú eres varón y no puedes dar a luz'.
Pero evidentemente lo más probable es que hayan llegado a Moscú como el set de aquellos dioses japoneses de la fortuna, y acabaran siendo adaptadas a la cultura rusa.
Quizá sea por eso que su simbología y utilidad principal haya sido siempre la de asegurar la fertilidad y la maternidad en la familia que las tuviese, cuestiones que son tan importantes para el crecimiento en Rusia.
O que incluso hoy - ya siendo consideradas exclusivamente juguetes de autor - se les sigan pidiendo deseos, destapándolas una por una cada vez que alguno se cumple.
O que sea también la razón por la cual se les asigna la potestad de atraer la prosperidad, la riqueza y una vida llena de éxitos para sus dueños, además de transmitir un mensaje de simpatía, amor y fraternidad a todos.
En cuanto a su sentido esotérico, el mismo reside en su cualidad de superponer esas réplicas de sí mismas como las capas de una cebolla, de manera idéntica a como se hayan relacionados los distintos vehículos del hombre, dando la apariencia de que es sólo el más superficial el existente.
Religiosamente puede vérselas como un emblema de lo femenino sagrado, tanto en alusión a la imagen de la Virgen como de la Tierra o la Diosa Madre, la contraparte de Dios.
Y como dato curioso resultará interesante saber que en el año 2001 fue inaugurado en Moscú el Museo de la Matrioska, el único espacio en el mundo donde se describe - específicamente y con todo detalle - la historia de estas tan legendarias y atrayentes muñecas...
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elementos de poder en
TAROT DE MáXIMO