Entre tú y yo el Tarot: Arcano IX - YENDO HACIA EL ERMITAÑO
Pero, qué es la felicidad?
Realmente conocemos la felicidad?
Muchos son los que dicen que para alcanzar la verdadera felicidad es necesario entrar en algún tipo de camino espiritual.
Los hay de todo tipo: religiosos, místicos, esotéricos.
Y así, tratando de tener una guía, nos leemos las cartas, las líneas de la mano, encargamos un trabajo de religión, colaboramos estrictamente con el diezmo de la iglesia, nos sacamos los demonios con el 'jabón de la descarga', nos compramos una cantidad de libros de autoayuda, concurrimos a misa todos los Domingos, o nos mandamos a mudar a algún retiro oriental en las montañas, para ver si el ayuno, y las posiciones raras, nos logran calmar todo ese hambre de felicidad que nos domina.
Por un tiempo funciona, y nadamos en alegría, y queremos invitar a todos los que nos rodean a que participen, estamos seguros de que ello les puede cambiar la vida, como lo hizo con nosotros, y nos ponemos como un ogro si alguien osa cuestionar la veracidad de tales preceptos.
Estamos convencidos, y sentimos que nos sirve, que nos ayuda, que 'es el camino', y sí, por un tiempo funciona, por un tiempo…
Porque allí, desde el fondo de nuestro corazón, la sombra de la depresión continúa amenazándonos, escondiéndose como un viejo fantasma a punto de ocupar una vez más nuestro cuerpo, nuestro espíritu, nuestra mente.
Porque aunque intentamos resistirnos por todos los medios, tarde o temprano nos cansamos de agregar los colores que faltan, y empezamos a ver las cosas como realmente son, muy a nuestro pesar, porque hay que aceptar que erramos el camino una vez más.
Buscábamos respuestas, buscábamos verdades, pero encontramos desilusión.
Por un tiempo logramos controlar el dolor, pero ya no.
Después de todo el cura, el pastor, la mae de santos, y todos los demás, son tan humanos como nosotros, repletos de vicios y virtudes, como cualquier hijo de vecino, y no los ángeles, maestros ni santos que creíamos…
Y entonces de lo malo vamos hacia lo peor: volvemos a las pastillas para dormir, los tranquilizantes, el alcohol, el cigarro, las drogas, el sexo desenfrenado, la dependencia y el chantaje emocional, la auto conmiseración y la victimización.
Hasta que, o porque caemos tan bajo que lo único que nos queda es volver a subir, siguiendo esa vocesita interior que nos susurra 'tiene que haber algo más', 'tiene que haber algo más'.
O porque se nos prende la lamparita, y nos damos cuenta, como en una gran epifanía, que todo aquello no era lo malo, que todo aquello no era el problema, sino que el tema pasa por la forma en que lo encaramos, y que la clave está en girar hacia nosotros mismos, sí, pero esta vez de una manera mucho más profunda - como lo hace El Ermitaño en el Tarot - porque no es que aquel camino no nos haya servido, no es que el psicólogo, el guía, el astrólogo, el autor de nuestro libro de cabecera, estuvieran equivocados, que tuvieran intenciones sospechosas, o que fueran demasiado humanos, sino que siempre ha estado en nosotros, y solamente en nosotros, la capacidad de hacer que todo aquello que se nos ha ofrecido no se vuelva otro medio para profundizar en las carencias de nuestro limitado ego, sino una vía para conectar con las virtudes de la verdadera espiritualidad…
------------------------------------------
entre tú y yo el tarot (un camino iniciático) en
TAROT DE MáXIMO