En la época de la Atlántida, el Maestro que guiaba la evolución de ese pueblo, vivía entre la población.
Conocía a todo el mundo.
Las madres podían llevar a presentarle a su recién nacido para que le diera su bendición.
Aconsejaba a los jóvenes la vocación que mejor les convenía en función de su rayo, y así en varios aspectos era una fuente de amor y apoyo que ayudaba en el destino de las personas, pero que también hacía prevalecer la Ley Divina.
Sin embargo, resulta que cierto número de autoridades comenzaron a no aceptar la situación y a querer imponer su autoridad.
Se trataba de los sacerdotes de la Atlántida, que con el tiempo habían adquirido mucho poder.
Ellos podían, por ejemplo, provocar relámpagos, crear marejadas, etc.
Y cegados por la ambición y arrogancia, se dijeron: 'Por qué debemos obedecer a los Maestros, a la Ley? Qué nos impide volvernos nuestros propios maestros, puesto que detentamos el Poder?...'
Qué hizo el Maestro entonces?
El Maestro no trató de recuperar la autoridad, porque él no es un ser que luche por el poder.
Él trata de aportar la Luz, el Amor, la Ley, pero cuando la mayoría de la gente ya no quiere saber más de eso, él simplemente se retira.
Enrolla sus pergaminos, se lleva las siete piedras preciosas, y lo más importante, toma el cetro, y se va sin que la gente se dé cuenta.
Toma cuidado de borrar sus huellas en el suelo, para que no lo puedan seguir, y para que los hombres olviden completamente de su existencia, puesto que ya no quieren saber más de su mensaje.
El reino de la Atlántida fue destruido no porque sus más avanzados sacerdotes se hayan vuelto locos, sino porque los sacerdotes menos avanzados se volvieron mayoritarios y comenzaron a poder manipular las fuerzas tan bien como los sacerdotes avanzados, pero con locura, con fines egoístas.
Y cuando el número prevaleció sobre la pureza, la civilización atlante se derrumbó.
Del mismo modo, todas las civilizaciones son siempre arrastradas por el número.
No porque los grandes Iniciados que las guían se hayan vuelto locos, sino porque, a causa de la evolución, la energía que es enviada se vuelve cada vez más accesible para todos.
Esta energía llegando a todo el mundo, desarrolla los poderes latentes incluso en aquellos que todavía no están listos para desarrollarlos, y son esos individuos que volviéndose cada vez más numerosos contribuyen a estropear la sabiduría iniciática que es dada, y a que las civilizaciones se desmoronen.
Por eso el Maestro - que se encontraba a cargo de esa civilización - tomó todo lo que poseía de Dios, y que daba a los atlantes.
Enrolló sus papeles de sabiduría.
Guardó todos sus documentos en donde están inscritas las frases claves, las claves de poder, las invocaciones a los ángeles y a las grandes entidades cósmicas.
Y se llevó la llama que estaba en el altar, que representaba la presencia divina y que servía de punto de iniciación y de bautismo.
A partir de ese momento, cuando todo fue mal, se llevó todo eso y se refugió en las montañas a la espera de un tiempo mejor, pero sin resentimientos.
Porque el Maestro no se dice al momento de partir:
- 'Decididamente estos humanos no valen nada! Siempre es la misma historia que recomienza. Saquean todo. No comprenden nada. Destruyen, violentan, profanan, y ahora tengo que partir a hurtadillas bajo mi capa, e irme a esconder lejos. Decididamente, mejor me hubiera quedado en Shambala!'
El Maestro no piensa de esa manera porque es un ser de Conocimiento.
Entonces mucho tiempo antes, comienza ya a paulatinamente a disminuir el efecto iniciático de su presencia, de la misma forma que la energía desciende cada vez más intensamente en el mundo para hacer evolucionar a los humanos.
Y de la misma manera comienza a restituir su luz a la Logia de Maestros a la que pertenece, hasta el día en que finalmente no queda de su presencia casi nada.
No es de repente, un día, que el Maestro se da cuenta que Dios y él ya no son los bienvenidos y debe irse.
Él sabe que eso sucederá, y que debe irse preparando mucho tiempo antes.
Él sabe que eso es algo normal, como ustedes saben que es normal que su hijo reaccione de tal o de tal manera de acuerdo a una determinada circunstancia.
No es necesario utilizar la clarividencia para saberlo.
Lo saben.
Conocen la naturaleza del niño, la naturaleza del evento, y sólo pueden tener razón de la conclusión a la que llegan.
Del mismo modo, el Maestro sabe qué va inevitablemente a suceder, a raíz de los trabajos efectuados con ciertas energías.
Es como en la actualidad, considerando el trabajo que se lleva a cabo con ciertas energías.
El Maestro sabe exactamente cuáles son los riesgos y cuál es la parte de la humanidad que representa un peligro, porque esa parte va a exteriorizar la energía que llega de manera negativa.
Es por eso que en la evolución humana se tiene que hacer una cosa después de la otra...
-----------------------------
mitología asociada en
TAROT DE MáXIMO
fuentes: La respuesta del ángel (Gitta Mallasz) /esoterismo-guía (Cid)
Video: Tierra de Musus, región de los Atl Antis / proyecto yesusa`iri
duración: 9 mins. 39 segs.