Está comprobado que la Luna influye directamente sobre cosas tales como las mareas, los partos, la agricultura, y en general en el cuerpo y estado de ánimo ya sea de seres humanos como del resto de los seres vivos, y aun de los no tanto.
Pero su influencia siempre estará supeditada a la posición que esté manteniendo con respecto al Sol en cuatro básicos sectores del mes, y es a eso a lo que le llamamos Fases.
A continuación la información acerca de cuánto de auspicioso o contraproducente tiene cada una, cuestión de poder usarlas siempre en nuestro favor.
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NUEVA (Luna Negra)
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Cuando no vemos la Luna es porque se encuentra en la fase menguante total.
Este será el tiempo ideal para alejar definitivamente todo lo negativo (amistades problemáticas, mal de ojo, enfermedades, dependencias, etc.) así como aquello que no sólo deseemos reducir, sino terminar del todo.
Ejemplo: Renunciar a un empleo o terminar con alguna relación que resulte tóxica.
Obviamente nunca será el momento recomendable para iniciar algo nuevo.
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CRECIENTE
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Es una de las más positivas para todo, ya sea empezar relaciones, un trabajo o un negocio, y hasta para recuperar fuerzas.
En magia siempre la utilizaremos para propiciar nuestros propósitos de amor, de dinero o de salud, y todo lo que sea para enriquecer la vida.
Ejemplo: Si queremos que el pelo y las uñas nos crezcan más fuertes, es en estos días cuando habremos de cortarlos.
Inmejorable para cuando el tema pase por aumentar lo que sea.
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LLENA
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Es la más especial, porque aquí el satélite está en todo su esplendor, y así será conveniente para propiciar nuestros anhelos, cargar amuletos, y, si poseemos algún mineral o piedra preciosa, dejarle toda la noche a afuera, o junto a alguna ventana, así absorbe su energía.
Otro ejemplo: Si venías estando de preparativos para abrir un negocio, ahora es cuando te convendrá inaugurarlo.
O sea que todo lo que tenga que ver con consolidación estará en su etapa perfecta.
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MENGUANTE
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Durante esta fase, según ella va menguando también se va reduciendo nuestro vigor, por lo que será la oportunidad óptima para alejarnos - aunque sea por un tiempo - de todas las situaciones o cosas que no nos llenen del todo, o no acertemos a comprender ni aguantar por el momento.
Ejemplo: Solicitarle un tiempo a nuestra pareja para repensar el vínculo.
Lo importante aquí es saber que nada de lo que nos pase tendrá porque ser definitivo, dado que, aunque primero hay que enfrentar a la Luna Negra (Nueva), si decidimos seguir en base verlo todo mejor gracias a este período de introspección, siempre estaremos a tiempo de llegar a la Creciente...
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