Comer como Dios, o como Buda, no depende sólo de lo que pones en tu mesa.
La buena comida no es sólo lo que preparas en tu cocina, y tiene más que ver con la percepción de tu mente que con los productos que digieres en sí.
Ya lo dijo el Buda, 'todo es una percepción de la mente'.
Y en el caso de la alimentación, una correcta aplicación del Óctuple Sendero (uno de los cimientos sobre los que se alza la práctica budista en su totalidad) puede ser de utilidad para todas las alteraciones relativas al tema, desde el exceso de peso, la bulimia, deficiencias nutritivas, etc.
A continuación los pasos de se esa peculiar propuesta:
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1. La comprensión correcta
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Define qué es malo para ti y qué te beneficia.
Haz una lista de alimentos, situaciones y actitudes recomendables y perjudiciales en tu alimentación.
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2. La aspiración correcta
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Define y visualiza quién quieres ser física y emocionalmente; tu estado de salud; el tipo de vida activa o sedentaria que quieres llevar.
Visualiza y programa quién quieres ser.
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3. El habla correcta (El poder de la palabra: magia blanca/magia negra)
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No hables mal de nadie durante la comida (ni antes ni después, a ser posible); abstente de criticar la forma de comer de las/os demás comensales (come mucho, poco, mal...); los errores de la cocinera o las preferencias y rechazos de otras personas.
Las palabras también se digieren.
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4. La acción correcta
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Considera lo que comes y cómo lo comes como parte de la red universal de interrelaciones.
Evita el despilfarro; recicla los sobrantes; protege los nutrientes (no abuses de altas temperaturas, fritos y asados de fuego directo; no tires el agua de las verduras; no quemes los alimentos convirtiéndolos en toxinas); apoya la agricultura local; respeta la vida en todas sus formas y agradece el regalo de la energía que consumes para convertirse en parte de ti.
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5. El modo de vida correcto
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No matar (las emociones a través de la comida; los nutrientes que pueden seguir produciendo energía dentro de ti); no robar (consumiendo más comida de la que necesitas) y no abusar de la comida como si fuera una droga para embotarte o escapar de otras emociones.
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6. El esfuerzo correcto
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Ni demasiado (la obsesión) ni demasiado poco (la comida rápida).
Evitar la actividad incesante; emplear demasiado tiempo o demasiado poco en comer, cocinar, comprar.
Cuando se come, se come, y luego se pasa a otra cosa (no comemos mientras vemos la tele, escribimos, trabajamos, jugamos a las cartas, pasaeamos o conducimos).
Cada cosa a su tiempo.
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7. La atención correcta
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Comer/vivir aquí, ahora.
Cuando compras, cocinas, te sientas a la mesa, friegas los platos.
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8. La concentración correcta
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La capacidad de la atención plena: cuándo tienes hambre, cuándo no; qué nutrientes está necesitando tu cuerpo en cada momento y cuáles no, sin equívocas intromisiones del deseo.
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Resumiendo
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Recuerda siempre que cómo comes no es más que un reflejo de cómo vives.
Quién eres - o cómo eres - se manifiesta en todo lo que haces.
Evidentemente, nadie es perfecto, y ni tú ni yo ni nadie somos Dios, ni vamos a vivir/comer como Dios, pero sí podemos vivir/disfrutar en el empeño.
Vivir/comer con atención, con la consciencia de que lo que comemos pasará a formar parte nuestra (como lo que vivimos, nuestras experiencias, pasan a formar parte de nuestra vida y de nuestro ser).
Con agradecimiento por el regalo que el planeta y el trabajo de otras personas nos ofrecen.
Con generosidad hacia nuestro propio organismo o hacia el de otras personas, cuando nos toca cocinar.
Eliminando los venenos y toxinas siempre que esté en nuestra mano.
Con placer y tiempo, degustando cada bocado y evitando el despilfarro, o el desaprovechar las experiencias - por muy cotidianas y repetidas que nos parezcan - pues en realidad cada instante de nuestra vida es único e irrepetible...
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manual de crecimiento espiritual en
TAROT DE MáXIMO
fuente: artículo de Marié Morales
para Crece Joven (crecejoven.com)