El cine representa una forma muy importante de transmisión de la cultura universal en los tiempos actuales.
Nuestra sociedad se va formando e informando a través del cine y la televisión, películas de ficción, reportajes o documentales, que permiten otro tipo de acercamiento al complejo mundo del ser humano.
Una película intenta documentar, dar testimonio de una realidad, en algún caso retratar y relatar una historia para transmitir a través de ella un mensaje.
Emplea con este motivo espacio y tiempo, imagen y palabra, realidad y ficción, conocimientos y sentimientos con los que trata de influir sobre la vista, el oído y otros sentidos generando empatía en los observadores sobre la situación que viven los actores.
El cine es un auténtico imperio de los sentidos, donde se ve y se oye y su capacidad de rememoración hace además que se huela, se deguste, se palpe y - en definitiva - se sienta.
La expresión cinematográfica construye el relato más completo y perfecto que reúne el arte de la reproducción y el arte de la encantación, por expresar la realidad mediante la figuración.
Al contrario que en la literatura, lo que piensa un personaje no es expresable ni sustituible por los conceptos-imagen del cine, ni siquiera cuando se transforma en sonoro, pero la música, la comunicación gestual, los ángulos de cámara o los silencios - que forman parte del lenguaje cinematográfico - pueden describir con más precisión las experiencias cuando las palabras resultan inadecuadas o insuficientes.
Pero los filósofos cinematográficos consideran que esa representación sensible debe producir algún tipo de impacto en quien establece un contacto con ella, y finalmente que - a través de esa 'presentación sensible impactante' - se alcanzan ciertas realidades que pueden ser defendidas 'con pretensiones de verdad universal', no tratándose por tanto, de meras impresiones psicológicas, sino de experiencias fundamentales vinculadas con la condición humana, o sea con toda la humanidad, y que poseen - por tanto - un sentido cognitivo.
No es igual que le digan que la guerra es absurda, que ver Johnny cogió su fusil/ Johnny Got His Gun (1971) de Dalton Trumbo, o Nacido el 4 de Julio/ Born on the Fourth of July (1989) de Oliver Stone.
No es lo mismo que le digan a uno que la drogadicción es terrible, que mostrarle Pink Floyd: El muro/ Pink Floyd The Wall (1982) de Alan Parker.
Claro que mirar un film no es sólo descubrir los significados que el director ofreció a través de la película, sino la producción de un sentido para uno como espectador.
Por eso otro elemento que va a ser de significativa ayuda para comprender la influencia del cine en los seres humanos, es la existencia de las neuronas de espejo, con las que estamos biológicamente equipados para la empatía y la compasión, para romper las barreras que nos separan de los otros y así poder sentir como ellos.
Se piensa que estas células nerviosas podrían albergar una íntima relación con la empatía, con la capacidad para imitar al prójimo y con la habilidad de nuestra mente para fisgonear en la mente de los demás.
Así, cuando un individuo ve a alguien coger una pelota, su cerebro la coge también y vive todo el proceso de lanzarla como si realmente lo estuviera haciendo.
Ahora bien, el sistema del espejo no se detiene en los movimientos, sino que también refleja aspectos más sutiles del comportamiento, como son las emociones.
Su actividad implica también el reconocimiento de la intencionalidad de los otros individuos.
Por eso lo esencial, en toda representación realista, es que el espectador tenga la sensación de que si fuese él situado en las mismas circunstancias, actuaría exactamente igual.
Y es que las debilidades del personaje deben ser humanas, porque así los espectadores pueden reconocer las suyas propias en ellas, de modo que cuando el personaje actué heroicamente, se sientan también capaces de identificarse con él.
O sea que el cine moviliza al intelecto, al afecto y a varios sentidos a la vez, pero además, a través de esa empatía que se construye entre el espectador y las vivencias de los actores, es capaz de facilitar una mejor comprensión del ser humano.
En definitiva, el cine nos permite conocernos mejor a nosotros mismos y al mundo...
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elementos de poder en
TAROT DE MáXIMO
fuente: artículo El cine como instrumento para una mejor comprensión humana
pu blicado en Revista de Medicina y Cine (revistamedicinacine.usal.es)
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