Decir Me gusta se ha convertido prácticamente en un sinónimo de Facebook, la red social (creada por Mark Zuckerberg) más popular a nivel mundial.
Fue lanzado a principios del año 2009, y - según las estadísticas que manejan en las oficinas de la misma - es visto más de 22 mil millones de veces al día.
Soleio Cuervo, su inventor, ya no trabaja más en la empresa, y desde hace algunos meses fue contratado por Dropbox.
Pero el ícono de la mano sigue siendo uno de los más distintivos de la conocida plataforma, aunque pocos conocen algunos de sus misterios.
Y es que si hay un símbolo del lenguaje corporal que represente las cosas bien hechas, ese es el pulgar hacia arriba, extendido y con el puño cerrado.
Nada hay que trasmita más alegría y sinónimo de satisfacción por un resultado perfecto.
Dicho pulgar representa el éxito, aunque si está dirigido hacia abajo también el fracaso.
Por qué, de dónde viene ese gesto?
Su motivación histórica es muy clara, aunque sorprendente, porque es justo la contraria de la que suponemos.
Es un ademán que, como tantos otros que han llegado a nuestros días, se usaba en la Antigua Roma.
Las batallas de gladiadores , y en general los espectáculos del circo - gran entretenimiento de masas de la época - solían dilucidarse entre vencidos y vencedores.
Empero la vida de los vencidos quedaba en realidad en las manos del pueblo, que podía pedir su muerte o perdón, y en última instancia del Emperador, Gobernador, o aquel que presidiera el espectáculo, quién daba la orden definitiva: muerte del vencido o perdón de su vida.
Entonces, si el dedo pulgar se levantaba al cielo, implicaba levantar las armas y por lo tanto la muerte del vencido.
Por el contrario, si el pulgar apuntaba al suelo (o se escondía dentro del puño a modo de una espada envainada), debían deponerse la armas: el vencido obtenía el perdón de Roma y salvaba su vida.
Con el tiempo, la sociedad cristiana occidental invirtió el significado de esta seña, dado que para ella en el cielo estaba el bien, el más allá, el paraíso, mientras que en la tierra estaban los infiernos, el fuego eterno, el llanto y el crujir de dientes.
En la actualidad, el pulgar hacia arriba se entiende como una confirmación, y el pulgar abajo como una reprobación.
Por ello podemos usarlo cuando queramos reforzar los sentimientos de otra persona.
Un gesto discreto a alguien que está acometiendo algún trabajo, levantándole el pulgar y acompañándole de una estimulante sonrisa, le servirá para levantarle la moral, para reforzar su autoestima, para ganar en seguridad, para sentirse a gusto y satisfecho con lo que está haciendo.
O, por el contrario, el pulgar hacia abajo hará sentirse a los demás nerviosos u ofendidos (según el contexto del resto de nuestra actitud).
De la misma forma podemos valernos de él para adelantar nuestro estado, o los resultados de una acción, a personas que se encuentran en la distancia, antes de que se acerquen a nosotros
Así eventualmente nos servirá para tranquilizarles, hacerles saber que nos encontramos bien, eliminar su preocupación o avisarles de que algo va mal, de que no se ha alcanzado el desenlace esperado.
Y lo mejor es que al ser tan evidentes sus implicancias, siempre podremos usarlo en cualquier lugar y circunstancia (incluyendo virtualmente dentro de Facebook), con la plena seguridad de que va a ser entendido...
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