El símbolo del Yin y el Yang muestra una forma y una manera ver las cosas en la que estas se transforman unas en las otras.
Se trata en realidad de una descripción en forma gráfica, la que expresa que los opuestos se atraen, se condicionan mutuamente, y cada fenómeno se convierte tarde o temprano en su opuesto.
Tal noción - basada en la antigua filosofía Taoísta - surge de la necesidad de bosquejar de alguna manera los diferentes aspectos expresados por la naturaleza.
De ella surge el pensamiento tradicional chino, junto a sus conceptos de la medicina natural, las artes marciales, las meditativas, etc.
El significado original del ideograma que sintetiza el Yin - parte negra - es el de La ladera oscura de la montaña.
Por tanto, representa la oscuridad y la pasividad, y se asocia con las cualidades de receptividad, flexibilidad, blandura y contracción.
Se mueve hacia abajo y hacia adentro, y sus símbolos principales son el de la mujer, el agua y la Tierra.
Por su parte, el ideograma Yang - parte blanca - refiere a El lado soleado de la montaña.
Representa la luz y la actividad, se asocia con la resistencia, la dureza y la expansión, se mueve naturalmente hacia arriba y hacia fuera, y sus símbolos son el del hombre, el fuego y el Cielo.
Así es como ambos pictogramas aluden a la Ley de la Eterna Transformación, siendo los dos opuestos que juntos conforman la Unidad.
Uno depende del otro, y cuando algo alcanza su máxima expresión, se transforma en su opuesto.
El círculo exterior que los rodea representa al Tao.
Tao es la fuerza primigenia que produce todos los fenómenos del universo; es invisible, omnipresente, impregna al mundo con el hálito de vida, y todo lo que existe se encuentra dentro de él.
El Tao es el origen del Cielo y de la Tierra, el Tao es universal.
El punto blanco dentro del campo negro, y el negro dentro del blanco, señalan que la esencia de uno contiene en su núcleo la del otro, por lo que se puede concluir que nada es absoluto, no existe en estado puro, nada es exclusivamente blanco ni negro, masculino o femenino, activo o pasivo.
Cabe destacar que la línea central - que define cada una de las partes - también reafirma, por su forma serpenteante, la idea de que los opuestos se entrelazan, de que son complementarios.
En cambio, si la línea fuese recta su sentido sería el de separación.
Además, hay que considerar un punto muy importante: Aquí no hay moralidad.
Es decir que, puesto que estamos hablando de manifestaciones puras de energía, no existe lo bueno o lo malo en un sentido ordinario, pues la energía se entiende sólo por polaridad, ya sea positiva o negativa.
Así, el Yin y el Yang se equilibran y regulan de un modo natural el uno al otro y en todos los sistemas.
Su equilibrio determina la estabilidad y viabilidad de los mismos, partiendo desde la propia existencia.
Sus transformaciones son las que dan origen a toda creación, desarrollo, cambio y decadencia.
Y según los preceptos de la Medicina Tradicional China, es en la medida que logremos mantenerlos equilibrados y en armonía con el flujo energético universal, que iremos estableciendo las bases para mejorar la salud, prevenir la enfermedad y alcanzar las tan añorada felicidad…
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