La magia que resume un reloj de cuco (o cucú) consiste en esperar a que la figura de un pajarillo de esa clase (también llamado cuclillo) emerja desde su nido, ubicado encima del dial, para cantar las horas mientras bate las alas y el pico.
Y seguro que en alguna ocasión te has preguntado cómo se produce el característico sonido del cuco.
Pues simplemente por el efecto del aire al entrar en unos fuelles.
Sí, has leído bien.
No hace falta ningún programa computarizado mediante microchips.
El mecanismo que produce el sonido ha permanecido prácticamente inalterable desde mediados del siglo XVIII.
Quien sea propietario de un reloj mecánico debe saber que atesora un pedacito del patrimonio científico, humano y artístico de la humanidad.
Son máquinas que requieren un mínimo mantenimiento y concebidas para durar mucho tiempo.
Y cuando decimos mucho tiempo nos referimos a que actualmente se conservan ejemplares, en pleno uso, desde hace 200 años.
Te has preguntado qué coche, pantalla de plasma o iphone - con un precio infinitamente más alto - es capaz de resistir tantas horas y años de funcionamiento?
Qué paradoja!
Pensamos en los pobres artesanos de pueblos aislados construyendo relojes con cinceles y martillos, y resulta que nos han cedido en herencia objetos de extraordinario valor.
Hoy en día nuestros sofisticados teléfonos móviles duran como mucho un par de años, por no hablar de los problemas con las baterías.
Cuando un reloj de cuco original entra a formar parte de nuestro hogar, se convierte en un miembro más de la familia.
Con un poquito de cuidado que le demos, nos recompensará con años de canto, para nosotros y las futuras generaciones que vengan detrás.
Hay que ver que su historia está unida a la de la región alemana conocida como Selva Negra (o Bosque Negro), aunque todavía no se hayan esclarecidos sus orígenes exactos: dónde, cuándo y quién lo inventó.
Pero su aproximación nos sumerge en un mundo de artesanos, maestros relojeros, fabricantes e inventores, que - con ingenio y tesón - crearon toda una industria relojera en esa zona muy peculiar de Alemania.
Las primeras fábricas de relojes cucú eran generalmente pequeñas, y se ubicaban en lugares donde a veces hasta familias enteras contribuían a la construcción de los mismos.
Cada individuo se especializaba en un aspecto, lo que hacía que un miembro trabajara sobre el reloj mismo, otro sobre el tallado, otro lo pintara o añadiera decoraciones, y finalmente otro pudiera ensamblar todas las piezas juntas.
Se piensa que su invención pudo haber sido inspirada por relojes medievales con gallos autómatas, que habrían ya existido en algunas otras ciudades de Europa.
Así, una parte de la traición oral afirma que se cambió la figura del gallo por la del cuco porque era más fácil de reproducir su canto.
Pero otra, más cercana al realismo mágico, asegura que siempre se utilizó a ese pájaro, por ser este símbolo de la tan deseada llegada de la primavera, sobre todo en una parte del mundo en la que los inviernos suelen ser muy duros.
Por esto representa la eterna renovación, pero también el bienestar espiritual provocado por la renuncia espontánea a lo mundano, idea surgida del hecho de que la hembra de esta ave pone y abandona sus huevos en nidos extraños, lo que a nivel de ciertos círculos esotéricos (tanto europeos como asiáticos) es considerado todo un símbolo de aspiración a otros planos...
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elementos de poder en
TAROT DE MáXIMO
fuente (de la primera parte): La Casa
Chiquita (lacasachiquita.blogspot.com)