Quién es este 'santo' seguido por miles de personas en la Argentina y en toda Latinoamérica?
El origen de su culto se encuentra en la zona del litoral argentino, donde se cuenta que - en tiempos de Carlos III - un monje jesuita en desacuerdo se desprendió de la colonia evangelizadora de la zona, y comenzó una tarea de ayuda al prójimo muy profunda y cercana a los enfermos de lepra.
Multiplicó esta tarea junto con la oración y la predicación del Evangelio, y se volvió muy popular.
Aunque le advirtieron muchas veces que cesara con su tarea de ayuda independiente, no se doblegó.
Finalmente fue apresado, y - en protesta - ayunó de pie.
Luego de un tiempo lo encontraron muerto en esa posición, con su túnica y un cayado que lo ayudaba a caminar.
Así. la polémica deidad es rechazada por la Iglesia Católica, ya que su devoción es considerada pagana.
Además, se la conoce con varios nombres, como Nuestro Señor de la Muerte, San Esqueleto, Ayucaba, Señor que Todo lo Puede (particularmente en Formosa), San Severo de la Muerte o El Señor, y San Parca.
San La Muerte tiene la mayoría de fieles en Paraguay y en el noreste de la Argentina, mayormente en la provincia de Corrientes, aunque también en Misiones, Chaco y Formosa se pueden encontrar muchos de sus seguidores.
El culto se extendió hacia el sur de Brasil (Paraná, Santa Catarina, Río Grande del Sur) y en México tiene presencia en varios estados.
A partir de la década del 60, las migraciones internas expandieron su veneración a Santa Fe y al Gran Buenos Aires.
Entre los atributos del mismo, sus fieles destacan la posibilidad de pedirle que realice daños a alguna persona, lo que genera temor y por lo que a su vez se lo asocia con algo diabólico.
De hecho, es venerado incluso por delincuentes, narcotraficantes, ladrones y mafiosos.
Aquellos que tienen algún amuleto con su figura creen que son invulnerables a maleficios y desgracias.
Además, piensan que su figura atrae el amor y la buena fortuna.
Para obtener sus beneficios hay que rezarle y hacerle una ofrenda, como golosinas, whisky, cigarrillos o flores.
Su imagen es la de un esqueleto, casi idéntico al que suele presentar el décimo tercar arcano del Tarot (La Muerte), vestido con una capa que puede ser de varios colores, y sus atributos tienen significados particulares.
La guadaña simboliza que a todo ser viviente le llegará su hora de partir con él, y está ubicada en su mano derecha.
Su contextura esquelética alude a la similitud con todos los seres humanos, y recuerda que la muerte está desarraigada de lo material, o sea de la tentación de los hombres.
Sus ojos rojos refieren a la sangre, que une a todos los seres humanos.
Su sonrisa demuestra el regocijo del conocimiento eterno sobre la vida y la muerte, y sus mantos o capas pueden ser de distintos colores, de acuerdo a la región en la que sea adorado...
ORACIÓN
Poderoso San La Muerte,
espíritu esquelético
que acompañas al hombre en sus desdichas.
Que tu poder me proteja
en los momentos de peligro.
Mi protector te nombro y te invoco,
seguro de que me escucharás.
Señor de la Muerte,
elegido de Dios por tu don de justicia,
te pido que me libres de todo daño y maldad,
que ni la hechicería, ni la enfermedad,
ni la desgracia, ni la soledad,
ni la pobreza, ni la traición
puedan conmigo.
Que tu capa de protección
me cubra y proteja
de mis enemigos visibles y ocultos.
No permitas, mi Santito protector,
que te usen en mi contra.
Y haz que tu guadaña
retorne el mal a quien me lo hizo.
Amén
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TAROT DE MáXIMO