Hoy queremos hacernos eco de una nueva historia de discriminación protagonizada por un joven de 25 años con VIH llamado Daniel Jiménez, a quien su jefa despidió a través de un mensaje de WhatsApp después de enterarse de su enfermedad.
A principios del mes de mayo de 2015, el madrileño empezó a trabajar como barman en Mokäi, un local de copas de la plaza de Pedro Zerolo, en Chueca (Madrid).
Unos días después, Jiménez reveló a su jefa, confiado, su condición.
Según declaró el joven, 'la verdad, la reacción en el momento fue muy buena. Me preguntó que cómo lo llevaba y que qué mala suerte'.
Un rato después, su jefa le comunicaba su despido a través de un mensaje de WhatsApp:
- Siento mucho lo que te ocurre pero no me parece justo que no me lo hayas comunicado antes de contratarte. Tengo un negocio de restauración y, al menos, me podías haber contado esto. No puedo arriesgar. Mañana hablaré con la gestoría y le comunicaré tu baja. Me parece un golpe bajo por tu parte. Solo espero que te vaya bien, pero conmigo no has actuado de buena fe. Que te vaya bien, ya me comunicarás cuando vas a pasar a cobrar -.
Inmediatamente el joven contestó que pondría una denuncia por discriminación y despido improcedente, a lo que su jefa replicó:
- Me parece indignante que seas capaz de decir que te he discriminado cuando ni siquiera has tenido la delicadeza de informarnos de que estabas enfermo antes de hacerte el contrato -.
Tras hacerse pública la noticia, la encargada del negocio negó rotundamente haber despedido a Daniel por tener VIH.
Sin embargo, posteriormente, declaró a los medios que la empresa tiene todo el derecho de contratar a gente sana.
- Llevaba un día y medio de trabajo y se encontraba mal, sudando mucho. Le dije que se fuera a casa y que se necesitaba a alguien en plenas facultades porque en el verano es temporada alta, no alguien delicado - añadió.
Por su parte, CESIDA (Coordinadora estatal de VIH y sida), junto a otras organizaciones, mostró inmediatamente todo su apoyo al joven en un comunicado:
- Las personas con VIH tienen una productividad similar a la población general y su infección no les descalifica para el desempeño de ningún puesto de trabajo. Desde CESIDA recuerdan que las normativas estatal y la comunitaria no justifican la exclusión de las personas con VIH ni en los trabajos que conllevan la manipulación de alimentos, ni en ningún puesto de trabajo -.
El pasado lunes 11 de enero, la ONG Imagina MÁS, quien ha prestado su apoyo y asesoramiento al joven durante todo el proceso, publicaba la esperanzadora información:
- Hoy lunes 11 de enero del 2016 ha tenido lugar el juicio. Dani ha estado meses con tratamiento psicológico, ha pasado días sin poder dormir e intentando recomponerse de todo lo que le ha pasado. No es fácil recibir un diagnóstico por VIH y menos aún cuando uno sufre una discriminación como esta. Pero hoy Dani ha recibido una gran noticia: el bar Mokäi, ha reconocido en el acto de conciliación ante el juzgado, la improcedencia de su despido al haberle discriminado por tener VIH. Hoy se ha hecho justicia, esperemos que casos como el de Dani no se vuelvan a repetir jamás!...
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fuente: artículo de Alberto Díaz Pinto publicado en
La Voz del Muro (lavozdelmuro.net)