La espectrofobia es el trastorno que se define por un temor excesivo, irracional y persistente a los fantasmas y espíritus, y - sobre todo - a la posibilidad de estar en contacto con ellos.
A pesar de que pueda padecer un trastorno psicológico menor, la misma puede repercutir muy negativamente en la vida de la persona.
Incluso es capaz de afectar en su día a día, en su comportamiento y en sus acciones en múltiples situaciones y lugares específicos.
Así mismo, también suele originar un estado de elevada ansiedad y la experimentación de sensaciones desagradables y angustiosas en diversos contextos.
Por este motivo, resulta muy importante intervenir adecuadamente en este trastorno, con el objetivo de eliminar el temor fóbico a los fantasmas y las consecuencias ansiosas de la alteración.
En la actualidad, la espectrofobia es una psicopatología bien documentada.
Además, cuenta con intervenciones psicológicas que resultan altamente eficaces para su tratamiento.
En el presente artículo se revisa la literatura disponible acerca de este trastorno. Se definen su síntomas, causas y tratamientos, y se brinda una explicación coherente sobre las características del trastorno.
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Características
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Comparte muchas características con estos trastornos y sólo diferencia en el elemento temido, es decir, en las cosas por las que el individuo presenta un miedo fóbico.
En la espectrofobia el elemento temido son los fantasmas y los espíritus, por lo que a diferencia de los otros tipos de fobia específica, no conforman elementos cotidianos con los que las personas entren en contacto de forma habitual.
De hecho, estos estímulos temidos de la espectrofobia resultan más conceptuales y abstractos que tangibles y reales.
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Qué se teme?
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Los individuos que afirman a ver visto espíritus son un excepción minoritaria.
Esto da lugar a pensar que una persona con espectrofobia nunca o casi nunca experimenta respuesta de ansiedad, ya que nunca o casi nunca entra en contacto con fantasmas.
No obstante, a la práctica esto no es así.
Hay muchas situaciones en las que un individuo con espectrofobia puede presentar respuestas de elevada ansiedad debido a su temor a los fantasmas.
Estas puede catalogarse en dos tipos principales: situaciones que indiquen la posibilidad de que aparezca un fantasma y exposición de información relacionada con los mismos.
Claro que la especificación de las situaciones que producen temor es subjetiva, es decir que depende de los contextos que el individuo asocie con los fantasmas.
No obstante, los espacios mayormente temidos en la espectrofobia son los reflejos de espejos (por temor a que allí se presente un espíritu), los lugares con poca luz, los bosques con múltiples sombras y la aparición de ruidos o movimientos inesperados.
Pero, de hecho, cualquier tipo de exposición a elementos relacionados con los fantasmas genera elevadas sensaciones de miedo.
Estos aspectos pueden abarcar películas o programas de fantasmas, narraciones sobre espíritus, comentarios acerca de hechos paranormales, etc.
Todos podemos experimentar grados más o menos elevados de tensión cuando visualizamos películas de fantasmas o escuchamos narraciones sobre experiencias con espíritus.
De hecho, estos confeccionan elementos poco conocidos por nosotros, los cual suele generar actitudes de recelo y de temor.
No obstante, experimentar miedo hacía los fantasmas no implica la presencia de espectrofobia.
Para que el temor hacía estos elementos sea catalogado como un tipo de fobia específica debe ser excesivo, con una respuesta mucho más exagerada de lo que cabría esperar, produciendo una alteración máxima en la persona.
Y además de irracional - que no sepa encontrarle una explicación - también ser incontrolable, es decir apoderarse del estado psicológico de la persona por completo, llevando a la total evitación de las situaciones temidas.
Esto significa que el individuo con esta alteración tratará de evitar todos esos contextos que relaciona con la aparición de fantasmas.
Sitios oscuros, con reflejos de espejos o con muchas sombras, visualización de películas de fantasmas.
Y finalmente, para que pueda asegurarse que se está ante un caso de espectrofobia, este miedo debe ser permanente y persistente a lo largo del tiempo.
De forma específica, el miedo a los espíritus y fantasmas suele ser más prevalente durante la niñez o la infancia.
Sin embargo, el temor de la espectrofobia no forma parte de momentos o etapas concretas.
El individuo que padece este trastorno presentará siempre temor a los fantasmas, independientemente de la edad.
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Tratamiento
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En la actualidad existen tratamientos que permiten intervenir adecuadamente este tipo de psicopatologías.
Concretamente, la psicoterapia (a través del tratamiento cognitivo conductual) es la herramienta terapéutica que ha mostrado mayor eficacia en el tratamiento de fobias específicas.
Estos tratamientos se basan en intervenir sobre el principal componente conductual de la enfermedad, es decir sobre la evitación de las situaciones temidas.
Así pues, el psicoterapeuta diseña un programa de exposición a las situaciones relacionadas con fantasmas.
Las exposición se realiza de una forma controlada y permite que el individuo se habitúe a los estímulos y supere el miedo que le origina.
Por otro lado, en muchas intervenciones la exposición suele ir acompañada de la aplicación de técnicas de relajación para disminuir el estado de ansiedad y los síntomas físicos del trastorno...
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fuente: artículo Espectrofobia, el Temor a los Fantasmas publicado
por Marcel Gratacós en lifeder.com
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