Los Salmos son poderosas oraciones que nos conectan directamente con nuestro Yo Superior y por ende con el Universo.
En Asia de repiten mantras en sánscrito una y otra vez para activar centros vibratorios de energía en nuestro cuerpo físico, en nuestro campo energético y en todo lo que nos rodea.
Aquí, en el Occidente, podemos utilizar los Salmos para ello.
Estos son un conjunto de palabras sagradas que nos ayudarán a y protegernos.
Cada uno tiene un tema central que muchas veces se deduce del propio texto.
Cuando acompañamos nuestras intenciones con ellos, el efecto se multiplica, lo cual hace mucho más efectivo cualquier ritual o acto mágico.
Y hay precisamente dos Salmos muy poderosos que deberían formar parte de la rutina diaria de todos.
Estos son el 23 y el 91.
A continuación incluyo cada salmo y explico para qué sirve.
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SALMO 23
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Este salmo nos ayuda a conseguir guía.
Nos puede traer visiones, sueños e imágenes sobre cuál es el camino o la decisión correcta a tomar.
Nos protege de hacer aquellas cosas que van en contra de nuestro espíritu.
Nos provee voluntad y nos conecta con el Orden Divino.
Es bueno para cuando hacemos alguna limpieza personal, en los momentos que necesitemos guía o como parte de nuestro diario conectar con la divinidad.
Dice así:
El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará yacer:
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Guiaráme por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo:
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores:
Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida:
Y en la casa del Señor viviré para siempre...
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SALMO 91
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Este provee de esperanza y certeza en Dios.
Nos brinda aceptación de las cosas desde el amor.
Sirve para proteger nuestro hogar de toda mala energía que nos quiera sacar de la paz que nos pertenece.
Resulta favorable colocar una copia de él detrás de la puerta de nuestro hogar, negocio y/o recamara personal.
Puede también ser directamente la Bilbia abierta en la página donde se encuentra.
Dice así:
El que habita al abrigo del Altísimo,
morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo á Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en él confiaré.
Y él te librará del lazo del cazador: De la peste destruidora.
Con sus plumas te cubrirá,
y debajo de sus alas estarás seguro:
Escudo y adarga es su verdad.
No tendrás temor de espanto nocturno,
ni de saeta que vuele de día;
ni de pestilencia que ande en oscuridad,
ni de mortandad que en medio del día destruya.
Caerán a tu lado mil,
y diez mil a tu
diestra: Mas a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás,
y verás la recompensa de los impíos.
Porque tú has puesto á Jehová,
que es mi esperanza.
Al Altísimo por tu habitación,
no te sobrevendrá mal,
ni plaga tocará tu morada.
Pues que a sus ángeles mandará acerca de ti,
que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán,
porque tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el basilisco pisarás;
hollarás al cachorro del león y al dragón.
Por cuanto en mí ha puesto su voluntad,
yo también lo libraré: Pondrélo en alto,
por cuanto ha conocido mi nombre.
Me invocará, y yo le responderé .
Con él estaré yo en la angustia.
Lo libraré, y le glorificaré.
Saciarélo de larga vida,
y le mostraré mi salud...
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