Los árboles y los bosques, probablemente por su gran tamaño y a veces por su longevidad, excitaron vivamente la imaginación de las sociedades anteriores a la invención de la escritura.
Los bosques tupidos hubieron de parecer misteriosos.
Incluso los árboles solitarios, especialmente en un lugar yermo, pueden haber parecido milagrosos si ofrecían alimento a un vagabundo hambriento.
Los primeros humanos vieron y tocaron los árboles.
Los utilizaron para alimentarse, calentarse, abrigarse, vestirse, hacer vallados y barreras, lanzas y arpones.
Y los quemaron, cortaron o transformaron en numerosos objetos.
Sus sombras daban cobijo, camuflaje y escondrijo a personas, a uno u otro lado de la ley.
Con el tiempo, los bosques y determinadas especies de árboles han llegado a representar conceptos diversos en las imaginaciones de poblaciones que viven en distintos lugares geográficos.
La abundancia o la escasez de árboles en una localidad determinada influyó en su imagen y en el papel que se les atribuyó en leyendas, mitologías y culturas.
Asumieron así características de símbolos divinos, o representaron fuerzas superlativas como valor, resistencia o inmortalidad.
Se ha dicho que los árboles heridos por un rayo y consumidos por el fuego, observados por las sociedades prehistóricas, pueden haber dado lugar a la idea de que los dioses habitaban en los cielos igual que en la tierra.
Se ha supuesto que en las primitivas civilizaciones mediterráneas, las primeras talas de bosques fueron 'acciones religiosas', porque los pueblos primitivos necesitaban ver mejor el cielo para leer las señales divinas enviadas a los humanos desde un 'arriba' abstracto que se identificaba con el firmamento.
Así se fueron transformando en el medio de comunicación entre los mundos.
Algunas sociedades hicieron de ellos tótemes mágicos.
Otras veces se consideró sagrado un árbol particular por su asociación con un santo o un profeta.
Por eso han tenido tenido con frecuencia una gran significación religiosa, por ejemplo el árbol bajo el cual Buda recibió la iluminación y el árbol utilizado para la crucifixión de Jesús.
De ahí que, hasta hoy, sean representados a menudo en los ritos religiosos.
Otros ejemplos son los árboles de cuyas ramas se cuelgan oraciones u ofrendas en muchas culturas diferentes, y el árbol de Navidad, una costumbre que en su forma actual se inició en Europa en el siglo XIX.
La tradición del bosque sagrado, a menudo asociada al secretismo y a los ritos de iniciación, es común a muchas culturas.
Es por todos estos significados simbólicos adquiridos durante todos estos siglos de existencia humana, que tampoco han quedado excentos de inclusión en la propia iconografía del Tarot...
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simbología asociada en
TAROT DE MáXIMO
imagen: The Fool (El Loco)
por Samantha Dains